Recuerde. Los labios se agrietan por la acción directa del sol, del viento, del frío o por la carencia de algunos nutrientes que hacen que se pierda la capa protectora y lubricante y dejan expuestos tejidos con abundantes terminaciones nerviosas, que duelen con solo mirarlos. Así, ni la Gioconda se ríe.
Protector. Como el sol también achicharra los labios, no puede descuidarlos. Así que protector solar en la boquita. Ah, si usted babea en la playa tiene que ponerse más.
Lápiz labial. Se recomiendan los cremosos, que venden libremente en droguerías y supermercados. Úselos permanentemente si los labios ya están agrietados. Claro, si prefiere el de color no hay objeción.
Pilas. Los labios partidos pueden infectarse. Revise: si hay secreciones, inflamación o sangrado ni de vainas se automedique. Consulte de una. Más si hay fiebre o malestar general. Olvídese de las cremitas y los ungüentos de la droguería. Corra...
Cuidadito. Si bien las carencias de vitaminas del llamado complejo B y de hierro pueden causar descamación en los labios, estas faltas deben ser identificadas por el médico que es quien formula. Nada de salir a comprar vitaminas. Va a botar la plata.
Agüita. Hidrátese bien. Con los años las células pierden la capacidad de retener agua, lo que aumenta la resequedad. Así que beba y, si puede, humedezca el ambiente con vapor de agua. Le caerá de perlas.
No se chupe. La saliva contiene sustancias que ayudan a la digestión. Estas actúan sobre los tejidos despulidos y es como si se los comieran vivos. Arde que da miedo y el problema aumenta. ¡Ah!, la saliva de otros es peor.
Por último. Evite la crema dental