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General: UNA COSINA OS DIGO,QUIEN LA SIGUE?
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De: elopolis (Mensaje original) |
Enviado: 23/02/2023 11:27 |
Porque no ponemos alguna fabula y asi sabemos quien nos leé? ademas son muy aleccionadoras Ahí va la mia
Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero temiendo siempre los ataques de un enorme gato, los ratones no querían salir. Ya fuera de día o de noche este terrible enemigo los tenía vigilados.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a petición del jefe de los ratones, que era el más viejo de todos.
El jefe de los ratones dijo a los presentes:Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos vivir así!
- ¡Pido la palabra! - Dijo un ratoncillo muy atento. Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en todo momento por dónde anda. El sonido nos pondrá en alerta y podremos escapar a tiempo.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos y felicidad. Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el tiempo para ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir: Queda pendiente una cuestión importante: ¿Quién de todos le pondrá el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no podían contestar a aquella pregunta. De pronto todos comenzaron a sentir miedo. Y todos, absolutamente todos, corrieron de nuevo a sus cuevas, hambrientos y tristes.
Moraleja: Es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo.
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De: nania2 |
Enviado: 23/02/2023 11:50 |
Abuelita
Abuelita es muy vieja, tiene muchas arrugas y el pelo completamente blanco, pero sus ojos brillan como estrellas, sólo que mucho más hermosos, pues su expresión es dulce, y da gusto mirarlos. También sabe cuentos maravillosos y tiene un vestido de flores grandes, grandes, de una seda tan tupida que cruje cuando anda.
Abuelita sabe muchas, muchísimas cosas, pues vivía ya mucho antes que papá y mamá, esto nadie lo duda. Tiene un libro de cánticos con recias cantoneras de plata; lo lee con gran frecuencia. En medio del libro hay una rosa, comprimida y seca, y, sin embargo, la mira con una sonrisa de arrobamiento, y le asoman lágrimas a los ojos.
¿Por qué abuelita mirará así la marchita rosa de su devocionario? ¿No lo sabes? Cada vez que las lágrimas de la abuelita caen sobre la flor, los colores cobran vida, la rosa se hincha y toda la sala se impregna de su aroma; se esfuman las paredes cual si fuesen pura niebla, y en derredor se levanta el bosque, espléndido y verde, con los rayos del sol filtrándose entre el follaje, y abuelita vuelve a ser joven, una bella muchacha de rubias trenzas y redondas mejillas coloradas, elegante y graciosa; no hay rosa más lozana, pero sus ojos, sus ojos dulces y cuajados de dicha, siguen siendo los ojos de abuelita.
Sentado junto a ella hay un hombre, joven, vigoroso, apuesto. Huele la rosa y ella sonríe - ¡pero ya no es la sonrisa de abuelita! - sí, y vuelve a sonreír. Ahora se ha marchado él, y por la mente de ella desfilan muchos pensamientos y muchas figuras; el hombre gallardo ya no está, la rosa yace en el libro de cánticos, y... abuelita vuelve a ser la anciana que contempla la rosa marchita guardada en el libro.
Ahora abuelita se ha muerto. Sentada en su silla de brazos, estaba contando una larga y maravillosa historia.
- Se ha terminado -dijo- y yo estoy muy cansada; dejadme echar un sueñecito.
Se recostó respirando suavemente, y quedó dormida; pero el silencio se volvía más y más profundo, y en su rostro se reflejaban la felicidad y la paz; habríase dicho que lo bañaba el sol... y entonces dijeron que estaba muerta.
La pusieron en el negro ataúd, envuelta en lienzos blancos. ¡Estaba tan hermosa, a pesar de tener cerrados los ojos! Pero todas las arrugas habían desaparecido, y en su boca se dibujaba una sonrisa. El cabello era blanco como plata y venerable, y no daba miedo mirar a la muerta. Era siempre la abuelita tan buena y tan querida. Colocaron el libro de cánticos bajo su cabeza, pues ella lo había pedido así, con la rosa entre las páginas. Y así enterraron a abuelita.
En la sepultura, junto a la pared del cementerio, plantaron un rosal que floreció espléndidamente, y los ruiseñores acudían a cantar allí, y desde la iglesia el órgano desgranaba las bellas canciones que estaban escritas en el libro colocado bajo la cabeza de la difunta.
La luna enviaba sus rayos a la tumba, pero la muerta no estaba allí; los niños podían ir por la noche sin temor a coger una rosa de la tapia del cementerio. Los muertos saben mucho más de cuanto sabemos todos los vivos; saben el miedo, el miedo horrible que nos causarían si volviesen. Pero son mejores que todos nosotros, y por eso no vuelven.
Hay tierra sobre el féretro, y tierra dentro de él. El libro de cánticos, con todas sus hojas, es polvo, y la rosa, con todos sus recuerdos, se ha convertido en polvo también. Pero encima siguen floreciendo nuevas rosas y cantando los ruiseñores, y enviando el órgano sus melodías. Y uno piensa muy a menudo en la abuelita y la ve con sus ojos dulces, eternamente jóvenes. Los ojos no mueren nunca.
Los nuestros verán a abuelita joven y hermosa como antaño, cuando besó por vez primera la rosa, roja y lozana, que yace ahora en la tumba convertida en polvo.
FIN.
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De: karmyna |
Enviado: 23/02/2023 22:43 |
Los dos gallos
Cuento Los dos gallos: adaptación de la fábula de La Fontaine.
Era una vez una granja en la que convivían muchos animales.
En particular, había dos que se consideraban grandes amigos.
Se trataba de dos gallos que desde que eran polluelos se llevaban muy bien.
Se turnaban para cantar por las mañanas, compartían la tarea de dirigir el corral
y su relación era muy cordial.
Sucedió que un día llegó una gallina nueva, tan hermosa y de mirada tan penetrante, que enamoró a los dos gallos a primera vista. Cada día, los gallos intentaban llamar su atención y la colmaban de detalles. Si uno le lanzaba un piropo, el otro le regalaba los mejores granos de maíz del comedero. Si uno cantaba bien, su contrincante en el amor intentaba hacerlo más alto para demostrarle la potencia de su voz. Lo que empezó como un juego acabó convirtiéndose en una auténtica rivalidad. Los gallos empezaron a insultarse y a ignorarse cuando la gallina estaba cerca de ellos. Su amistad se resintió tanto, que un día decidieron que la única solución era organizar una pelea. Quien se alzara vencedor,tendría el derecho de conquistar a la linda gallinita. Salieron al jardín y se liaron a empujones y picotazos hasta que uno de ellos ganó la contienda. Muy ufano, se subió al tejado mientras el otro se alejaba llorando de pena y con un ojo morado. En vez de conmoverse por la tristeza de su amigo, el ganador, desde allí arriba, comenzó a cantar y a vociferar a los cuatro vientos que era el más fuerte del corral y que no había rival que pudiera derrotarle. Tanto gritó, que un buitre que andaba por allí oyó todas esas tonterías y, a la velocidad del rayo, se lanzó muy enfadado sobre él, derribándole de un golpe con su ala gigante. El gallo cayó al suelo malherido y con su orgullo por los suelos. Todos en la granja se rieron de él y, a partir de ese día, aprendió a ser más noble y respetuoso con los demás.
Moraleja: si alguna vez salimos triunfadores de alguna situación, debemos ser humildes y modestos. Comportarnos de manera soberbia, creyéndonos mejores que los demás, suele tener malas consecuencias.
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Me gustaria que pusierais alguna fabula,yo pongo otra y gracias por seguirlas
Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de su esposa, cuando vio a un hombre chino poniendo un plato de arroz en la tumba vecina.
El hombre se dirigió al chino y le pregunto, levemente burlón:
" Disculpe señor? de verdad cree usted que el difunto vendrá a comer el arroz?
"Si ", respondió el chino, "cuando el suyo venga a oler sus flores..."
Respetar las opiniones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener.
Las personas son diferentes, por lo tanto actúan diferente y piensan diferente.
No juzgues... solamente comprende...
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De: karmyna |
Enviado: 25/02/2023 02:42 |
La cigarra y la hormiga, una fabula clasica escrita por La Fontaine,
que habla del valor del esfuerzo y el trabajo.
Valiosas lecciones sobre la honestidad o la solidaridad.
Una vez, al llegar el invierno, una cigarra que estaba muerta de hambre se acercó a la puerta de un hormiguero pidiendo comida. A su pedido respondieron las hormigas, haciendo la siguiente pregunta:
-¿Por qué durante el verano no hiciste tu reserva de alimentos como lo hicimos nosotras?
La cigarra respondió
- Estuve cantando alegremente todo el tiempo, y disfrutando el verano plenamente ¡Si hubiera sabido lo duro que es el invierno...!
Las hormigas le dijeron:
-Mientras nosotras trabajamos duro durante el verano para tener las provisiones y poder pasar el invierno tú disfrutabas y perdías
el tiempo. Así que ahora...¡sigue bailando!
Pero las hormigas sintieron pena por la situación y entendieron que la cigarra había aprendido la lección, entonces finalmente compartieron con ella su alimento.
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.
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Dejo otra fabula
1. «La liebre y la tortuga»
Érase una vez una liebre muy veloz que presumía de ello ante todos los animales del bosque. Un día, se encontró con una tortuga que caminaba muy despacio. La liebre se burló de su lentitud.
—Hagamos una carrera y veamos quién gana —propuso la tortuga.
Al empezar la carrera, la liebre salió disparada, mientras que la tortuga avanzó lentamente. Al ver que sacaba una gran ventaja a la tortuga, la liebre se paró en un árbol a descansar. La tortuga siguió avanzando, poco a poco y sin detenerse.
Cuando la liebre despertó, vio angustiada que la tortuga estaba a punto de llegar a la meta. La liebre corrió y corrió, pero fue demasiado tarde. La tortuga cruzó la meta, agotada pero feliz.
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Ahí va otra
La serpiente y la luciérnaga. Fabula.
Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir.
Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada.
Al tercer día, la Luciérnaga paró y fingiéndose exhausta, dijo a la serpiente:
– Espera, me rindo, pero antes de atraparme permíteme hacerte unas preguntas.
– No acostumbro a responder preguntas de nadie, pero como te pienso devorar, puedes preguntarme.
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
– No.
– ¿Te hice algún mal?
– No.
– Entonces, ¿Porque quieres acabar conmigo?
– Porque no soporto verte brillar.
La luciérnaga se atrevió a recabar esa información, porque quería entender la situación que a todas luces le parecía sin sentido.
Una vez enterada de la envidia de la serpiente, se limitó a sonreír y volar más alto y rápido aún, con lo que la serpiente se quedó con ganas de ese bocado tan luminoso que demostró estar fuera de su alcance.
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De: nania2 |
Enviado: 04/03/2023 11:26 |
Cayó una zorra en un profundo pozo, viéndose obligada a quedar adentro por no poder alcanzar la orilla.
Llegó más
tarde al mismo pozo un chivo sediento, y viendo a la zorra le preguntó
si el agua era buena. Ella, ocultando su verdadero problema, se deshizo
en elogios para el agua, afirmando que era excelente, e invitó al chivo a
descender y probarla donde ella estaba. Sin más pensarlo saltó el chivo
al pozo, y después de saciar su sed, le preguntó a la zorra cómo harían
para salir allí.
Dijo entonces la zorra: “Hay un modo,
que sin duda es nuestra mutua salvación. Apoya tus patas delanteras
contra la pared y alza bien arriba tus cuernos; luego yo subiré por tu
cuerpo y una vez afuera, tiraré de ti”.
Le creyó el chivo y así lo hizo con
buen gusto, y la zorra trepando hábilmente por la espalda y los cuernos
de su compañero, alcanzó a salir del pozo, alejándose de la orilla al
instante, sin cumplir con lo prometido.
Cuando el chivo le reclamó la
violación de su convenio, se volvió la zorra y le dijo: “¡Oye, socio, si
tuvieras tanta inteligencia como pelos en tu barba, no hubieras bajado
sin pensar antes en cómo salir después!”
Antes de comprometerte en algo, piensa primero si podrías salir de aquello, sin tomar en cuenta lo que te ofrezcan tus vecinos.
Fábula de Esopo
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De: karmyna |
Enviado: 05/03/2023 02:40 |
«Las personas que hacen poco ruido son peligrosas.»
«El cuervo y el zorro»
Don cuervo, en la rama de un árbol estaba y en el pico tenía un delicioso queso. Don zorro, tentado por el olor, le habló así: —Buenos días, Don Cuervo, ¡Qué bello sois!. Si vuestro canto fuese igual a vuestro plumaje,
sin mentir, os digo que seríais el fénix de cuantas aves viven en este bosque.
Oyendo el cuervo tales palabras, desbordado de alegría, abrió el pico para lucir su hermosa voz,
dejó caer el queso. Tras atraparlo le dijo la zorra: – Mi buen señor, aprended que todo adulador vive a expensas de aquel que lo escucha.
Esta lección bien vale un queso. Don Cuervo, avergonzado y confuso, juró, aunque un poco tarde,
que jamás volverían a engañarlo.
Moraleja: No se debe dar crédito a palabras aduladoras que se hacen por interés.
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LA PALOMA Y LA HORMIGA
Casi muriéndose de sed, una hormiga bajó corriendo a un arroyo y arrastrada por la corriente, se encontró a punto de morir ahogada.
Una paloma que se encontraba en una rama cercana observó la emergencia; desprendiendo del árbol una ramita, la arrojó a la corriente, montó encima a la hormiga y la salvó.
La hormiga, muy agradecida, aseguró a su nueva amiga que si tenía ocasión le devolvería el favor, aunque siendo tan pequeña no sabía cómo podría serle útil a la paloma.
Al poco tiempo, un cazador de pájaros se alistó para cazar a la paloma. La hormiga, que se encontraba cerca, al ver la emergencia lo picó en el talón haciéndole soltar su arma.El instante fue aprovechado por la paloma para levantar el vuelo,y asi la hormiga pudo devolver el favor a su amiga
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Gracias a todas las que seguis poniendo fabulas ahí va la mia
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