Mi piel solo se viste del rocío de la escarcha,
crepitando en mi iris bajo la luna mansa,
que escala desde mi garganta a mis pestañas
y
arranca de mi alma la esperanza.
Esperanza que recobro,
que vuelve a mí ilusionada,
me llena y envuelve,
de aura enamorada.
Bésame dulcemente con tu boca,
que un solo beso el corazón invoca,
cariñosa mitad del alma mía,
que la dicha que me das me mataría...