En 1516, el genio del Renacimiento, Leonardo da Vinci, diseñó una escalera que reflejaba
su increíble capacidad para combinar arte y funcionalidad.
Con su mente visionaria, Leonardo creó una escalera doble hélice,
una estructura adelantada a su tiempo que permitiría el tránsito fluido en espacios
estrechos y de gran altura.
Esta escalera estaba concebida para permitir que dos personas pudieran subir
y bajar simultáneamente sin cruzarse, una solución ingeniosa para evitar congestionamientos
en castillos y edificios de la época.
La doble hélice de Leonardo demostraba su profundo entendimiento de la mecánica
y su habilidad para innovar en diseños arquitectónicos.