Del salmo 118
R/. Enséñame, Señor, tus mandamientos.
Apártame de los caminos falsos y dame la gracia de cumplir tu voluntad.
No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos. R/.
Que se vuelvan hacia mí tus fieles, los que hacen caso de tus preceptos.
Que sea mi corazón perfecto en tus leyes, así no quedaré avergonzado. R/.
Los malvados me esperaban para matarme, pero yo meditaba tus preceptos.
No me aparto de tus mandamientos, porque tú me has instruido. R/.