El templo de Santiago se hizo visible días atrás por la bajada de 25 metros de las aguas,
causada por una persistente sequía.
Había quedado sumergida bajo la superficie del Grijalva hace cerca de medio siglo,
cuando se levantó la represa Nezahualcóyotl.
No es la primera vez que el templo vuelve a emerger de entre las aguas.
Hace unos 12 años el nivel del río bajó tanto que hasta era posible caminar por el interior de la iglesia.