Yo quisiera no tener que discutir nunca con mi
esposo, decía en medio de lágrimas la esposa
desconsolada” Otro decía: ” Mi esposa me está
volviendo loco, discute por todo,
no me entiende, y cada día no hace
sino desesperarme”. Es posible
vivir como matrimonio sin tener que discutir?.
Los Conflictos y las discusiones no
son malas, son el mecanismo genuino que
nos lleva a crecer como pareja. Lo que necesitamos
en nuestro matrimonio es saber tratar
con nuestras diferencias y aprender a
saltar juntos los obstáculos diarios,
como lo hacen los deportistas en el
campo de las carreras de obstáculos. La Biblia dice:
“Si se enojan, no pequen.»l No dejen
que el sol se ponga estando aún
enojados, 27 ni den cabida al diablo”. EFESIOS 4:26,27
La clave en el matrimonio es aprender a tratar
nuestras diferencias con mentalidad
de adulto. Cuando como adultos
hablamos y discutimos sacamos los
frutos más sólidos de nuestra
relación. He aquí algunos de los
elementos determinantes que producirán
una saludable discusión de tópicos
que fortalecerán nuestra relación de matrimonio.
1.- Demuestre a su cónyuge que su
amor por él o ella es incondicional.
Muchos matrimonios se demuestran
amor pero condicional. Si piensas
como yo, sì aceptas lo que digo
y vas donde quiero, te amo, pero
sì discrepas conmigo no te demostraré
amor. La Biblia no habla de unidad
como producto de la uniformidad,
sino de unidad en medio de la
diversidad. Nuestro amor no
puede ser condicionado. Dios nos
ama incondicionalmente y ese tipo
de amor tenemos que expresarlo en el
matrimonio. Mis ideas no tienes porque
alejarme de la persona a quien amo y
quién tiene ideas diferentes. Juntos
podemos enriquecernos en la
combinación de nuestras diferencias.
2.- Decida no atacar si usted es atacado.
Hay momentos en nuestra relación cuando
nuestro cónyuge por su inmadurez,
o por su confusión o tal vez por sentirse
indefenso, nos ataca. Sì respondemos
de la misma manera, con un ataque,
creamos un problema y las posibilidades
de solución de problemas tenderán a profundizarse.
“La respuesta suave aplaca la ira, pero
la palabra áspera hace subir el furor” Proverbios 15:1
Esta es una gran verdad revelada en la
Escritura. Produce un fruto que
se nota en forma casi inmediata.
3.- Ejercite el Dominio Propio con el enojo.
La Biblia habla claramente que un fruto del
Espíritu Santo es el Dominio propio.
“En cambio, el fruto del Espíritu es amor,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad,
*fidelidad,23 humildad y dominio propio”. Gàlatas 5:22.
Cuando la Biblia habla del Dominio propio
se refiere a dominar tres cosas. La Lengua,
La comida y el Sexo. Entonces en el
matrimonio en medio de una discusión
necesitamos ejercer el Dominio Propio
en la lengua no permitiendo que ella sea
el medio rápido de desplegar
nuestra ira hacia el cónyuge.
4.- No se concentre mucho en la expresión,
las palabras o las actitudes que vienen
del cónyuge, sino más bien en tus reacciones.
Jesús lo dijo de esta manera: ” ¿Por qué te
fijas en la astilla que tiene tu hermano
en el ojo, y no le das importancia a la
viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes
decirle a tu hermano: “Déjame sacarte
la astilla del ojo” , cuando ahí tienes una
viga en el tuyo ¡*Hipócrita!, saca primero
la viga de tu propio ojo, y entonces verás
con claridad para sacar la astilla del
ojo de tu hermano”. Mateo 7:3-5.
En el matrimonio en medio de discusiones,
tendemos a mirar más los ataques que
recibimos e ignorar nuestras reacciones.
Nosotros no somos responsables de los
ataques que vienen pero si de nuestras
reacciones. Cuando comienzo a reconocer
y tratar mis reacciones, descubro que un
cambio comienza a generarse en mi cónyuge
con quien tengo ciertas diferencias.
5.- Muevàse más allà del dolor a través del
entendimiento. Entendimiento en el matrimonio
no puede llegar o experimentarse hasta
que no logre la claridad de lo que yo
estoy recibiendo. Muchas veces nuestro
cónyuge no esta expresando claramente
lo que esta en su corazón. Especialmente
a las mujeres les cuesta expresar claramente
lo que tienen dentro de elas, debido a que
son básicamente movidas por las emociones
y los hombres somos movidos por la lógica.
Es por eso que es común escuchar a un
hombre decir: “Tù dijiste esto o aquello” ,
la esposa dice: ” Yo no dije eso o no quise decir”.
Parafrasear es algo vital en la comunicación.
Parafraseo es repetir lo que oímos para estar
seguros que nuestro cónyuge ha podido
expresar lo que está en su corazón.
Para eso necesitamos movernos
más alla del dolor hacia una genuina comunicación.
6.- Decida no culpar a su cónyuge
y derrame misericordia sobre èl o ella.
Recordemos que la Culpa es un
instrumento de Dios para llevarnos al
arrepentimiento pero lamentablemente
Satanás usa la culpa para condenarnos.
La culpa en el diseño de Dios produce
convicción, pero la culpa en en manos
del enemigo produce condenación.
Culparnos mutuamente solo extiende el
abismo entre los dos. Dios es misericordia
y él quiere que en nuestra matrimonio
no perdamos ni la Misericordia ni la Compasión.
El Salmista dijo de Dios: “Ciertamente,el
bien y la misericordia me seguirántodos
los días de mi vida, y en la casa de
Jehovámoraré por largos días”. Salmo 23:6
Ojalá nuestro cónyuge pudiera decir lo
mismo de nosotros. ” Desde que decidimos
aprender a discutir en nuestro matrimonio, el
bien y la misericordia me han seguido de tu parte”.
Decida hoy comenzar este sencillo plan
de resolución de discusión en tu matrimonio
y notarás una grandiferencia.
Dr. Serafín Contreras Galeano. www.serafincontreras.com
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