En toda relación hay siempre algún escollo. Por eso es importante, cuando uno de nosotros esté pasando por un momento difícil, que el otro sepa dar un paso atrás y darnos cuenta de que aquello que podamos decir o hacer no debemos tomarlo como algo personal. Si tú necesitas alejarte yo debo recordar que lo haces para aclarar ideas, no porque me rechaces. Si estoy en silencio no es porque me moleste estar contigo: es porque estoy tratando de resolver las cosas.
Seamos siempre pacientes, mutuamente, y reconozcamos y respetemos nuestras respectivas necesidades. Porque si cada uno conserva su propia fuerza interior nuestra relación será más fuerte y más capaz de enfrentar tiempos difíciles.