El Hierro sufre el peor desastre ecológico de la historia reciente de Canarias

Las lluvias ocurridas en El Hierro el último fin de semana de enero han originado, o puesto en evidencia, una catástrofe ecológica desconocida en Canarias en las últimas décadas, sobre todo en las islas occidentales y más boscosas.

Y todo ello pese a que en 1988, sin ir más lejos, se registraron 590 litros por metro cuadrado -frente a los 500 de los que habla el Cabildo en esta pasada semana exagerando, como siempre ocurre en estos casos, los datos que efectivamente parece que registraron los pluviómetros- en el caserío de San Andrés, muy cerca de la zona donde esta vez se han producido corrimientos de tierra a los que no estamos acostumbrados a asistir en esta tierra, al menos hasta donde llega la memoria de los más viejos.

Los montes, o lo que queda de los montes, del centro de la Isla han sido el origen de este desastre. Desde hace medio siglo las formaciones boscosas de la isla de El Hierro se han ido recuperando de siglos de devastación, cuando la madera era el único recurso energético con el contábamos, gracias a una política forestal basada en la repoblación metro a metro de unos suelos que estuvieron a un paso de desaparecer literalmente.

Pero hace diez años que todo ese proceso cambió radicalmente, la llegada de mentes privilegiadas, como la del ingeniero de montes andaluz Juan Bautista, ha considerado a la motosierra como la herramienta más adecuada para regenerar unos montes que, probablemente, existen hoy en día gracias a unos locos que durante décadas se dedicaron a repoblar, subiendo los pinos al hombro en cajas de madera y mimándolos uno por uno con su correspondiente gorona de piedras para protegerlos. Estos nuevos iluminados, que han entrado en la Isla como un elefante a una cacharrería o, más propiamente, como el caballo de Atila que por donde pasaba no crecía ni la hierba, han ocupado esos montes al mando de trescientos hombres -la empresa más poderosa de la Isla- con sus todoterrenos, tractores, trituradoras, palas, camiones y motosierras en cantidad para llevarse todo ese trabajo por delante ante el asombro generalizado. La operación, que representa un auténtico escupitajo a la historia forestal de la Isla y a la gente que se dejó la vida luchando por recuperar esos montes y -más importante todavía- por proteger esos suelos de la erosión, ha estado complementada, además, con un aserradero público -construido por el Cabildo-, como si esto fuera Canadá o Finlandia.

Se trata de acabar no sólo con los pinos de crecimiento rápido, hectáreas y hectáreas de pino canario han sido liquidadas a mata rasa también (5 hectáreas últimamente en la Hoya del del Sargento), y las consecuencias de esta operación descomunal que no sólo ha terminado con bosques enteros, ha hecho desaparecer todo el riquísimo y valiosísimo sotobosque que permitía que los suelos estuviesen mucho más protegidos frente a la erosión. Pero es que todo esto es incompatible con la política de introducir masivamente especies nuevas como hayas o cedros que pueden tardar veinte años en desarrollar un porte arbóreo, por lo que representa un verdadero disparate, además suicida, el intentar estas política de manera masiva, como se pretende con los desastrosos resultados que la lluvia ha dejado más en evidencia todavía.

Hay quien dice en El Hierro, incluso desde el propio colectivo del personal de Medio Ambiente, que la única solución ahora mismo para que esos montes se recuperen, sería el prohibir durante cuatro o cinco años que personal alguno de esa terrible tropa de leñadores entre en esos montes, dejando que la Naturaleza, por sí misma, intente recuperarse del imponente daño que un individuo, al mando de un consejero del Cabildo, Javier Armas -al que nadie ha visto pisar el monte jamás y, por tanto, ignorante supino en la materia- le ha causado en un tiempo récord.

La políticas de entresaca han conseguido desertizar el suelo al abrir claros que impiden que las especies típicas del sotobosque se puedan desarrollar, siendo el tomillo una de las pocas plantas que se ha podido adaptar a las nuevas condiciones en determinadas zonas. Otra cosa desconocida en Canarias hasta ahora.

Los ejemplos de este disparate son muchísimos. Sin ir más lejos estos días -después de las lluvias- se encuentran los trabajadores de la quesería hablando solos porque una pandilla de chiflados de éstos se ha metido con las motosierras en una riquísima formación boscosa cercana que, a parte de su valor natural, les protegía de los fríos vientos que después de que han tumbado todos los árboles -abetos, pinos, cedros...- les ha obligado a aumentar la ropa de abrigo. Increíble pero real como la vida misma (ver fotos).

En la misma zona, en San Andrés, un incendio se llevó por delante el monte hace cuatro años. Realizaron una tala completa, indiscriminada, pese a lo cual hoy en día gran parte del mismo se había recuperado habiéndose desarrollado un pinar joven que, cuando tenía tres o cuatro metros de alto, los tipos lo están talando a mata rasa de nuevo sin que nadie alcance a entender nada de lo que pretende esta gente. Un auténtico misterio, por otra parte. (Ver imágenes).

Nosotros hemos estado en El Hierro para intentar entender algo de unas imágenes que recibíamos por internet y que resultaban inexplicables. Después de estar en el lugar y visitar algunos sitios con gente que siempre ha estado relacionada con esos montes, no sólo hemos constatado el mayor desastre ambiental que nunca hubiéramos presenciado antes en Canarias, sino que nos hemos llevado la impresión clara de que o alguien le pone freno a este disparate, con una moratoria indefinida para la motosierra como medida más inmediata, o en El Hierro -y en toda Canarias si permitimos este desaguisado- tengamos que enfrentarnos en los próximos años a una tragedia ecológica desconocida en el último siglo.

Siempre ha habido incendios en Canarias, como el ocurrido en El Hierro este pasado verano, aunque sin camiones motobombas y sin helicópteros y sin tanto ingeniero siempre se habían apagado incluso mucho más rápida y eficazmente. Pero la prisa que ha tenido en esta Isla por meterle las motosierras indiscriminadamente, abriendo pistas que ahora mismo se han convertido en verdaderos barrancos, retirando todo resto de sotobosque, aclarando o cortando a mata rasa lo que ya había sido atacado por las motosierras, ha dado lugar a todo este desastre que, por cierto, poco tiene que ver con los lagartos ahogados, que eso tiene que ver más que con otra cosa con el hecho de que el lagartario estaba construido justo debajo del cono de deyección de uno de los torrentes más impresionantes de la Isla.

La Narbona ha venido a ver los lagartos y Tomás Padrón pide veinte y pico millones de euros para remendar el desastre de la mala o malísima planificación forestal, urbanística o de comunicaciones que han ocupado el cauce de los barrancos. Ni colorado se ha puesto porque es la desvergüenza el requisito fundamental que parece tener que cumplir un político hoy en día en esta tierra nuestra. Pero para arreglar el desaguisado que el Tomás Padrón, con la ayuda de técnicos como el tal Juan Bautista, ha montado en una isla declarada, con los más altos merecimientos -y gracias al esfuerzo de nuestros viejos- Reserva de la Biosfera, es posible que los veinte y pico millones no le den ni para empezar. Y, por mucho dinero que se mande para allá, como estos responsables políticos y técnicos no estén dispuestos a reconocer su fracaso -que en este caso significa DESERTIFICACIÓN- y escuchar el consejo de alguien medianamente sensato, es posible que cuanto más dinero se les permita administrar mayor sea el follón ecológico en el que nos terminarán metiendo.

Una locura colectiva sobre la que ya comienzan a alzarse algunas voces, pocas de momento, que empiezan a organizarse para plantarle cara a la prepotencia y a la soberbia de algunos que no admiten la más mínima crítica a sus acciones que, además de todo, representan una falta de respeto gigantesca para trabajadores e ingenieros que consiguieron regenerar una tierra que todo el mundo daba por muerta hace medio siglo. Eso hasta que llegaron éstos con las motosierras, con centenares de empleados y maquinaria frente a los otros que, sin medios, sin recursos y con voluntad de hierro, consiguieron un milagro probablemente desconocido en cualquier otro lugar de Canarias.

UN DESASTRE NATURAL SIN PRECEDENTES

Auténticos ríos se han abierto sobre terrenos de cultivo

En eso montes era imposible ver los suelos hace 10 años
por la riqueza del sotobosque. Las nuevas carreteras forestales han
desaparecido en gran parte

De escándalo. Obsérvese como la política de entresaca a terminado
con todo dejando el suelo completamente expuesto a la erosión

Un río se ha formado en medio de ese pinar. Parte de los troncos
talados previamente para las brutales entresacas han quedado al
descubierto ahora.

El suelo ha desaparecido literalmente camino del mar

Una carretera forestal asfaltada ha quedado bajo más de un metro de tierra

Restos de las imponentes talas que ha emprendido esta gente

Restos de las imponentes talas que ha emprendido esta gente

Restos de las imponentes talas que ha emprendido esta gente

Algunos de los valles más valiosos de la Isla atravesados por imponentes
ríos que han arrasado con casi todo

Una imagen de muerte repetida en todas las montañas donde se
ha realzado entresaca y terminado con el sotobosque que
protegía el suelo. Desertización pura y dura es lo que puede
significar este disparate.

Los corrimientos de tierra valiosísima han sido descomunales y desconocidos
por aquí en época reciente.

Auténticos barrancos nuevos se han abierto por todas partes. No hace
tantos años que toda la masa forestal herreña se podía atravesar caminando
hasta por un niño sin problemas. Ahora, con tremendas barranqueras, eso
resulta completamente imposible.

De película de terror

Un escándalo

Política de entresaca descomunal, cuando no de mata rasa sencillamente

Están acabando con todo, dejando los suelos completamente desprotegidos

Tomás Padrón se ha dedicado a hacer carreteras o pistas asfaltadas por el
cauce de barrancos de toda la vida en busca del votito fácil.

Un corral de cabras y una carretera en terrenos ganados al barranco
se han ido al carajo lógicamente

Una presa dedicada a aguantar y a filtrar las piedras y la tierra no soportó el peso
la presión y reventó.

Al fondo el aserradero del Cabildo, lo único que debió llevarse el
agua por el bien de la Isla y que quedó casi intacto a mayor gloria
de estos auténticos reyes de la motosierra

Aserradero del cabildo al fondo

Una presa de agua convertida en presa de tierra, hay que joderse

EL ASERRADERO DEL CABILDO

Centenares de miles de árboles de gran porte han pasado por el aserradero que el Cabildo tiene en El Pinar. Que en poco tiempo lo de El Pinar podría ser un decir como esta gente siga con esta política.

UN CASO DISPARATADO DE ESTA MISMA SEMANA

En lo alto de la quesería de El Hierro esta misma semana le han metido la motosierra a un pequeño bosque de alto valor que existía en la zona. Entre otras funciones estos árboles protegían a la quesería del frío en invierno y ayudaban a refrescar en verano, además de proteger la ladera de todo proceso erosivo. A tomar por el culo, motosierra y listo. ¿Que le parece imposible? A nosotros también justo hasta el momento en el que lo hemos visto con nuestros ojos.

 

A la derecha el pequeño bosque talado, todavía no han terminado de cargárselo
todo, y a la izquierda la quesería que queda más desprotegida del viento todavía.

TALAS A MATA RASA EN SAN ANDRÉS

LO QUE LE MOLESTA A LOS RESPONSABLES DE MONTES

El sotobosque, enemigo público número uno para los 300 operarios de
Medio Ambiente del Cabildo de El Hierro

Esta montaña también se quemó en el último incendio, pero la presencia
de arbustos y demás ha permito que la erosión no se la llevase porque
estos individuos no han tenido tiempo de pasar por aquí con su
terrorífica limpieza

Repoblaciones de pinos de crecimiento rápido que, en un momento dado,
fueron la salvación para unos suelos en peligro inminente de desaparecer

MÁS TALAS INDISCRIMINADAS

Imponentes talas iniciadas inmediatamente después del incendio, sin esperar
a que el sotobosque se desarrollase un poco para mitigar los efectos
de la erosión y dar opción de recuperarse a los ejemplares menos dañados.

En un par de meses se han metido con tractores y motosierras por
pistas nuevas e indiscriminadas para arrasar por todo.

El Cabildo de El Hierro ha considerado oportuno poner en las rotondas de
algunas carreteras troncos quemados de gigantescos brezos como
reclamo turístico. Manda huevos.

Nuevas pistas indiscriminadas, troncos arrancados y el suelo desprotegido
han dado lugar al desastre

 

ALGUNAS CONSECUENCIAS MÁS

 

 

 

 

La Narbona vino a preguntar por los lagartos. Por lo visto lo que no
preguntó es por el chiflado que se le ocurre situar una instalación de
este tipo debajo de uno de los torrentes más impresionantes de
la Isla, sin respetar ni las barranqueras que permitían el desalojo del agua

Lagartario casi enterrado bajo el torrente

UN EJEMPLO A TENER EN CUENTA

Esta ladera de jable, en la carretera de Frontera, era conocida por los
continuos corrimientos de picón no sólo por la lluvia sino hasta por
el viento. Todo terminó cuando alguien, que al principio tomaban
por loco, consiguió que pegara un importante mancha fechada
de pinos. Nunca más ha habido problemas, ni con estas impresionantes
lluvias donde, como se observa, no ha habido corrimiento alguno.

Terrenos arados, como se ve, no han sufrido el más mínimo desperfecto ni
barranquera, agradeciendo la tierra la lluvia, como debió ocurrir en
toda la Isla se se hubiesen hecho las cosas con cabeza.

Los barrancos de la zona donde los montes no han sido transformados
todavía por esta gente, sin problemas ninguno después de las lluvias.

31-01-07 El Hierro fuera de onda en meteorología

29-01-07 Diluvio herreño: crónica del día después