Ten presente...
Que cuando tropiezas,
ahí mismo está tu tesoro.
Si podemos aprender de nuestros errores,
la vida toma una intensidad prodigiosa.
El fracaso no impide el éxito, solamente lo difiere.
Importa sí,
la voluntad de superarlo con más conciencia de las dificultades,
y también de los recursos disponibles.
Ten presente...
Que más allá del mundo de enfrentamientos y opuestos
existe unidad en todo.
La separación visible es secundaria, superficial.
La verdadera realidad, es la presencia de Dios en nuestras vidas.
Ten presente...
Que si amas lo espiritual no puedes despreciar lo terreno.
Mas donde uno esconde su riqueza, allí mismo guarda su corazón.
No plantes las raíces del árbol de la felicidad en la arena.
Estás en el mundo, pero tu esencia no es el mundo,
sino el Señor que te ama.
Ten presente...
Que si copias el camino de otro
no podrás realizar tu propio potencial.
Cada uno es maravillosamente distinto.
Ni una impresión dactilar se repite.
No hay dos tréboles exactamente iguales.
Por lo tanto
todos debemos expresar nuestro estilo particular de ser.
Hay belleza en eso,
en cambio, ninguna gracia existe en ser serio en serie.
Nada hay más saludable que reírse con nosotros.
Ten presente...
Que nada es excitante si sabes cuál será el resultado.
Es muy importante el asombro,
la capacidad de descubrir,
de mirar la realidad con los ojos de un niño
ante un regalo todavía envuelto.
Dios nos obsequia diariamente sorpresas maravillosas,
nos falta muchas veces, la habilidad de maravillarnos,
de jugar a las escondidas con la vida.
Nunca, jamás, existió antes este momento;
navega el ahora
que Jesús te ayudará a llegar a buen puerto.
Desconozco autoría