Es el alba que ahuyenta mis tinieblas. Es el alba que despierta mi morada. Mi despertar en madrugadas frías, con manos entibiándome lo pechos, con labios envolviéndome en suspiros y brazos que acurrucan mi ternura.
Mi mano se ha esfumado en tu cabello y mis trémulos párpados atrapan tu sonrisa que despierta en mi alma tempestades, mis rojas delirantes tempestades.
Mi vertiente de amor se ha desatado y se rompe en tu ola embravecida que me vence regando los espacios mis espacios de vida contenida.