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Puñado de flores bellas
Entre tus manos dejo.
Y continuando tras tus huellas
de tus pasos no me alejo.
No hay rumbo que ignore
cubierto por el sol ni la sombra,
sino más bien corrobore
Cómo mi estrofa te nombra.
Con tu gran belleza
y ardorosa pasión,
con la gran delicadeza,
que es sello de ilusión.
Te idolatro por la rosa
que florece en tu jardín
y la curva pomposa
que en tu pecho no halla fin.
No me contengo en pensar
si parezco desmedido
porque libre es mi hablar
y asevera lo que decido.
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*** Francisco Alarcón ***