COSAS DE MIEDO
Qué malo es el miedo, ¿eh? Los seres humanos no estamos
preparados para el miedo, no nos sabemos comportar con dignidad.
No hay más que ver la cantidad de gilipolleces que hacemos cuando tenemos miedo. A continuación analizamos algunas situaciones típicas que nos provocan
miedo y nuestra estúpida reacción ante estas.
Primera:
Estás por la noche en la cama y oyes un ruido extraño, ¿qué haces?
¡Te tapas con la sábana! ¡Muy bien! ¿Qué pasa, que la sábana es antibalas?
¿Que si viene un malo con un cuchillo no va a poder atravesarla, se le va
a doblar la hoja? ¡Hombre, por favor!
Segunda: ¿Y cuando nos da por mirar debajo de la cama? ¡Hombre, que ya tenemos
una edad! Además, suponiendo que haya un asesino debajo de la cama,
¿qué ganas mirando? ¡Que te mate antes! Muy bien, fantástico. ¿Se imaginan
que un día nos encontramos a alguien debajo de la cama? ¿Qué le diríamos?: -Buenas nocheeees... ¿Qué? Asesinando, ¿no?
Tercera: Otra reacción estúpida ante el miedo es mirar dentro del armario, que
ya es el colmo. Porque, vamos a ver ¿a alguien le cabe un señor dentro
del armario? Pero si el día que planchas no sabes dónde meter toda la ropa,
¿cómo se va a meter un tío ahí dentro?
Cuarta:
Otra situación. Oyes un ruido raro en casa y te levantas, 'acojonao', en
calzoncillos, y preguntas: -¿Hay alguien? ¿Pero qué crees, que si hay
alguien te va a contestar? Lo mejor es cuando llegas a la conclusión de
que si hay alguien seguro que se esconde detrás de la puerta del cuarto
de baño, y ¿qué haces? Asomas la cabeza poco a poco, más que nada
para que si hay alguien, te dé a gusto. ¡Ay!
Quinta:
Vas en un coche y, de repente, el conductor empieza a correr como si
fuese Carlos Sainz, pero sin Carlos y sin Sainz, y tú acojonado.
¿Qué haces? Lo normal, protegerte: te agarras a la asita de plástico
que hay encima de la puerta! Ya se puede estampar si quiere, que
tu vas cogido a la asita...
Sexta: Cuando nos van a poner una inyección, ¿qué hacemos? Poner el
culo tan duro que la aguja rebota!! Es que hay que ser ¿eh? Sabemos
que duele más, pero no podemos evitarlo.
Séptima: Más reacciones estúpidas que tiene el cuerpo por su cuenta: gritar.
Claro que sí, muy lógico. Si estás friendo un huevo y se te prende la
sartén ¿qué se te ocurre? Gritar. Te pones a gritar como un loco:
-¡¡Que se me queman los huevos!! Y si viene otra persona, se une a ti
con sus gritos: -¡Que se te queman los huevos! Pero ¿qué pretendemos?
¿Apagar el fuego a gritos?
¡Hombre, por favor!
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