Plata en los cabellos. Oro en los dientes. Piedras en los riñones. Azúcar en la sangre Plomo en los pies. Hierro en las articulaciones. Y una fuente inagotable de Gas Natural en el vientre. ¡¡¡Nunca pensé que a partir de los 40 pudiera llegar a tener tanta riqueza interior!!!