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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 01/06/2010 21:48 |
Sagrado
Mi cuerpo-templo es un regalo sagrado de Dios.
Hoy me comprometo a apreciar la santidad que es mi vida. Al observar mi cuerpo físico, reconozco el maravilloso regalo que es. Considero sus procesos, los cuales se llevan a cabo sin mi atención o intervención. Doy gracias a Dios por el orden inteligente de los órganos y las células.
Dejo ir cualquier idea centrada en el ego acerca de mi apariencia y afirmo mi perfección divina. Dios vive y se expresa por medio de mi cuerpo y disfruto de salud y bienestar. Soy una creación sagrada, más singular y valiosa que una obra maestra de Leonardo da Vinci o Miguel Ángel. Dios me ha dado este maravilloso cuerpo-templo y la oportunidad de expresar mi naturaleza en forma humana.
Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios.—1 Corintios 6:19
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De: Alicia |
Enviado: 01/06/2010 23:52 |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 02/06/2010 19:49 |
Energía
El poder de Dios en mí me llena de energía.
La energía es el poder de Dios inherente que responde a mi deseo de hacer las cosas. En cualquier actividad que lleve a cabo hoy, estaré expresando el poder, el vigor y la fortaleza divina. ¡Soy la energía de Dios en acción! Soy una fuerza para el bien. Expreso mis talentos de modos positivos. Presto atención al balance necesario entre el trabajo y el reposo, dar y recibir, esforzarme por algo y permitir que la vida fluya. Vivificado por el poder divino interno, sé qué hacer y lo hago según la guía de Dios.
El espíritu divino va delante de mí guiando mi camino, ya sea que dé sólo un paso o me encamine en una larga jornada. ¡Prosigo con confianza y gratitud!
Dios es el que me ciñe de fuerza, quien despeja mi camino. —2 Samuel 22:33
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De: TATIS-7 |
Enviado: 03/06/2010 20:07 |
Perdón
Al perdonar me libero para vivir plenamente.
Si durante el curso del día acumulo resentimientos, esto es similar a recoger rocas y ponerlas en mis bolsillos. Si recolecto las rocas y las guardo día a día y mes a mes, siento cómo su peso aumenta. Cuando rehúso dejar ir el resentimiento, el dolor y la rabia que llevo conmigo éstos llegan a agobiarme.
Perdonar significa ver más allá del comportamiento. Al no condenar las acciones hirientes, acepto que cada persona hace lo mejor que puede en el momento dado. La verdad es que todos somos hijos de Dios y nada puede cambiar o disminuir ese hecho.
Al dejar de creer que puedo perder mi bien o mi poder, dejo ir la negatividad que me abruma y perdono. Estoy listo para vivir plena y gozosamente.
Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien.—Marcos 11:25
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De: TATIS-7 |
Enviado: 04/06/2010 22:24 |
Gozo
Siento gozo y doy gracias por las bendiciones grandes y pequeñas.
Hoy dispongo a estar atento a las bendiciones, y las encuentro por doquier. Hago una pausa para apreciar la luz del sol o la lluvia refrescante. Escojo dar gracias, sea cual sea el estado del tiempo.
Me regocijo por la bondad de las personas. Aprecio su divinidad y oro para que ellas sientan el gozo de conocer el amor de Dios.
Las bendiciones vienen de muchas maneras. Algunas pueden ser reconocidas a la vista, mientras que otras sólo pueden apreciarse gracias a la fe y la determinación.
A lo largo de este día, recuerdo sentir alegría y dar gracias por las bendiciones grandes y pequeñas, para poder experimentar el gozo sublime que cada momento de comunión con Dios me ofrece.
Tus santos se regocijen en tu bondad. —2 Crónicas 6:41
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De: TATIS-7 |
Enviado: 07/06/2010 01:21 |
Fe
Planto la semilla de la fe, la cual crece en el jardín de mi vida.
Una bellota guarda en sí la promesa de un vibrante roble, mas no tiene el potencial para un árbol de manzana. Del mismo modo, el tipo de semilla que planto en mi vida determinará mis experiencias. Evalúo: ¿Qué tipo de semillas de fe estoy sembrado? ¿Mantengo mi enfoque en lo que quiero ver crecer en mi vida o en los retos?
Hoy siembro semillas de fe en la bondad divina. Sé que dichas semillas darán fruto de la manera correcta y en el momento preciso. Nutro mi fe con oraciones de gratitud, con la seguridad de que disfrutaré de un jardín glorioso de armonía, vida y prosperidad.
Mantengo mi confianza en el amor de Dios y en la provisión de bien siempre presente y disponible de Su reino.
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.—Hebreos 11:1
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