Nada nutre más al amor que la paciencia.
Es la cualidad que nos ayuda a esperar,
entender y tener esperanzas.
A veces parece quedar olvidada en un mundo
que avanza a doble velocidad.
La paciencia significa mantener la serenidad.
Y la contemplación frente a las desilusiones y los fracasos.
No obstante,
queremos acción,
queremos soluciones,
queremos respuestas.
Y queremos que lleguen inmediatamente.
Esta filosofía es la responsable de juicios apresurados,
que causan mucho dolor y desesperación innecesarios.
En el amor,
las respuestas más importantes llevan tiempo,
y ese tiempo debe estar lleno de esperanzas y vacío de presiones.
Muchos problemas son sólo sombras que generalmente desaparecen
si se tiene paciencia.
Aquellos que realmente aman
aprendieron a enfrentar los tiempos difíciles con alegría.
El premio más grande de la paciencia es el amor duradero.
Poemas Audroc