El escritor peruano Mario Vargas Llosa, que ha sido distinguido hoy con el Nobel de Literatura 2010, ha dicho esta tarde en la sede del Instituto Cervantes en Nueva York que este galardón «premia a la maravillosa lengua española en la que escribo, una lengua que une a gentes de países distintos y una de las más dinámicas y creativas del mundo moderno».
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Además, en una rueda de prensa en la sede del Instituto Cervantes en Nueva York, ha dado las gracias «de manera muy especial» a España, desde donde ha recibido «un apoyo fundamental». En este sentido, ha recordado a Carlos Barral, editor que publicó su primera novela en Barcelona hace casi 50 años y que libró «una verdadera batalla para que "La ciudad y los perros" pasara la censura» y que «fue en los primeros años de mi vida de escritor un apoyo imprescindible», ha resaltado. Asimismo, ha mencionado a Carmen Balcells, a la que dice deber «muchísimo por la muchas batallas que ha librado» para que sus libros se conozcan en todo el mundo y a la que ha calificado como «heroína en el contexto español».
Y se ha acordado también de los lectores, cuya labor «también reconoce el premio», ha asegurado. Según Vargas Llosa, «todos esos factores deben haber intervenido en esta decisión de la Academia sueca a la que una vez más agradezco este honor».
A juicio de Vargas Losa, «todos esos factores deben haber intervenido en la decisión de la Academia sueca a la que una vez más agradezco este honor». Lo cierto es que la llamada le pilló despierto y leyendo, pero no puedo evitar asustarse dadas las horas. «Eran las 5.30 y estaba leyendo porque me levanto muy temprano. Vi que mi mujer se acercaba con el teléfono en la mano y fue un momento de angustia porque a esa hora son malas noticias. Se cortó la llamada, volvió a llamar y era el secretario general de la Academia para decirme que iba a ser anunciado en sólo 14 minutos». Es por ello que Vargas Llosa reconoce que «todavía no he tenido tiempo de pensar lo que significa este premio».
Pese al aluvión de preguntas, flashes y alabanzas, el Premio Nobel de Literatura ha reconocido que, pese a que se trata de un premio literario, espera que no le haya sido cocnedido por sus ideas políticas. «Espero que me lo hayan dado por mi obra más que por mis opiniones políticas, pero si han sido tenidas en cuenta me alegro mucho».
Y es que Vargas Llosa se ha mostrado siempre tajante en ese aspecto y rotundamente contrario a «cualquier tipo de dictadura, ya sea de izquierdas o de derechas. Soy un escritor, pero también soy ciudadano y por eso tengo ideas cívicas y políticas y me gustaría que se me aceptar como soy. Tanto es así que el escritor cree que «es una obligación moral de cualquiera participar al menos en los debates sociales». Vargas Llosa ha reconocido seguir «criticando a los cubanos, al igual que critiqué a Chile en tiempos de Pinochet. La democracia es el camino del progreso, pero no sé si estas ideas tienen impacto en mi trabajo literario, es difícil que yo lo pueda afirmar».
Pese al papel fundamental de la política en su vida, Vargas Llosa ha afirmado que sus «ideologías son secundarias en mi literatura. La literatura tiene un horizonte más amplio».