|
De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 04/10/2010 00:53 |
Servicio divino
Al servir a Dios, tengo éxito.
Todo lo que hago me brinda la oportunidad de servir a Dios. Me levanto en la mañana con la confianza de que seré una bendición. Saludo a cada persona con el gozo que proviene de permanecer consciente del Amor que nos une. Prosigo con cada tarea e interacción sabiendo que soy las manos y los pies de Dios. Si dudo acerca de qué decir o hacer, pido guía según oro silenciosamente.
Al mantener mis pensamientos en Dios, recibo bendición tras bendición. Como reflejo de mis acciones, recibo prosperidad, amabilidad y apoyo amoroso. Logro fácilmente todo lo que tengo que hacer.
Sirvo a Dios, con agradecimiento por todo lo que doy y por todo lo que recibo.
Si andas por mis caminos y si guardas mi ordenanza, entonces tú gobernarás mi Casa y guardarás mis atrios.—Zacarías 3:7 |
| |
|
|
Primer
Anterior
2 a 7 de 7
Siguiente
Último
|
|
Orden divino
Al igual que la naturaleza, mi vida se encuentra en orden divino.
Hay ciclos en la naturaleza con los cuales puedo contar. La semilla germina tornándose en un retoño, éste, a su vez, crece y se convierte en una planta. ésta produce semillas, que, al ser plantadas, producen abundantemente según su especie, ¡y el ciclo continúa!
Mi vida también está en orden divino. Aun durante tiempos de dificultad, sé que mi vida guarda gran promesa. Vivo con completa confianza en que Dios inspira y apoya mis pensamientos, palabras y acciones. Los problemas del ayer pertenecen al pasado.
Los retos que supero hoy me preparan para las posibilidades de bien que me aguardan en el mañana. Todo en la naturaleza y en mi vida está en orden divino.
Lo que antes fue, ya es, y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo pasado.—Eclesiastés 3:15
| |
|
|
|
|
Satisfacción
Dios satisface los deseos de mi corazón.
William Shakespeare dijo: “Está bien pagado el que se halla contento de sí”. ¿Qué me proporciona satisfacción? ¿Una buena comida? ¿Un trabajo bien hecho? ¿Reconocimiento por parte de mi supervisor? Todo esto es maravilloso, pero puede que aun no me sienta “bien pagado”.
Para estar satisfecho con algo, primero debo estar conforme conmigo mismo. Logro sentirme feliz cuando recuerdo que soy una creación de Dios. Doy gracias porque Dios satisface todas mis necesidades y llena mi corazón con un sentimiento de plenitud y bienestar. En esta conciencia, estoy verdaderamente satisfecho y me siento “bien pagado”. Dios es la Fuente de todo el bien que deseo.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.—Filipenses 4:19
| |
|
|
|
|
Gozo
¡Enciendo la luz de Dios!
Mi vida es renovada gracias a la luz de la Verdad. Mis oraciones positivas transforman los pensamientos inquietos, elevan mis sentimientos y llenan de energía mi cuerpo y mi mente. Enciendo la luz de Dios en mí y avanzo con gozo. Mantengo mi visión enfocada en el amor divino. Dicho amor torna la confusión en comprensión, el enojo en armonía y los retos en orden.
Al centrar conscientemente mis pensamientos en lo Divino en mí y a mi alrededor, vivo en el reino de los cielos aquí y ahora. Veo con ojos divinos, camino con gracia divina y resplandezco con amor divino. Cuando el día termina, oro y me doy cuenta del gozo profundo de vivir en unidad con Dios.
Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas.—Santiago 1:2
| |
|
|
|
|
Libre
Dejo ir la necesidad de estar en control, y soy libre.
Creer que tengo controlar cualquier situación ante mí puede hacerme sentir tenso y con una gran carga. La oración me ayuda a liberar estos sentimientos. Al orar recuerdo que sólo existe Dios y que Dios está a cargo. Dejo ir el control. No tengo por qué tratar de manejar las situaciones de otras personas o tratar de cambiar su comportamiento. Doy gracias a Dios por restaurar mi paz y guiar mis acciones.
A medida que mis pensamientos se aquietan, mis preocupaciones se disipan. Afirmo con agradecimiento que con Dios todas las cosas son posibles. Dejo ir la necesidad de estar en control y soy libre.
Desde la angustia invoqué a Jah, y me respondió Jah, poniéndome en lugar espacioso. —Salmo 118:5
| |
|
|
|
|
Paz interna
Con cada aliento estoy más consciente de la sosegadora presencia de Dios.
Para comenzar un momento de meditación, descanso mi cuerpo y respiro profundamente. Tomo conciencia de la serena presencia divina. El ritmo de mi respiración se vuelve estable y sereno.
Al inhalar, visualizo que mi alma se llena de Dios. Al exhalar, dejo ir cualquier ansiedad o insatisfacción. Los pensamientos de paz y las imágenes tranquilas dan paso a una serenidad profunda, la cual se expande por todo mi cuerpo. Descanso en el silencio.
Cuando regreso a mis actividades, reflejo la paz que siento en cada palabra que digo y en todo lo que hago. Nada puede perturbar la serenidad que llevo conmigo, porque cada aliento que tomo está lleno del espíritu sereno de Dios.
Y al decir esto, sopló y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo.”—Juan 20:22
| |
|
|
|
|
Gracia
La gracia de Dios me bendice y me satisface.
La gracia de Dios es tanto una fuerza amorosa como una actividad tierna en mi vida. Es un regalo por el cual doy gracias cada día. Aprecio la gracia de Dios al compartir con mis seres queridos y al reconocer la belleza de la naturaleza. La percibo también internamente, como sabiduría y comprensión espirituales, como amor y como unidad —con Dios y con todo a mi alrededor.
Momento a momento, tomo más conciencia de tal actividad divina y de sus muchos medios de expresión. Siento agradecimiento porque sé que Dios obra en mi vida en todo momento. Su bondad me bendice y satisface cada una de mis necesidades. Como una brisa refrescante en un bello día, la gracia de Dios me inspira y me acompaña.
Yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas.—Génesis 28:15
| |
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 7 de 7
Siguiente
Último
|