Tres sacerdotes decidieron ir a Brasil de vacaciones.
Estaban determinados a tomar unas auténticas vacaciones, no usando nada que pudiera identificarlos como clérigos.
Tan pronto el avión aterrizó, se dirigieron a una tienda y adquirieron bermudas, sandalias
y gafas negras realmente llamativos.
A la mañana siguiente bajaron a la playa vestidos con su atuendo turístico.
Estaban sentados en sus sillas de playa, bebiendo un trago y disfrutando del sol y el paisaje, cuando una rubia despampanante 'que mataba', usando un bikini topless pasó caminando junto a ellos que no pudieron evitar
mirarla con admiración...
Al pasar frente a ellos, la rubia sonrió y dijo:
-"Buen día, Padre", "Buen día, Padre",
saludando y dirigiéndose a cada uno individualmente al hacerlo.
Ellos quedaron atónitos.
¿Cómo diablos podía ella saber que estaba frente a sacerdotes?
De manera que al día siguiente, ellos regresaron a la tienda y compraron prendas aún más llamativas.
Una vez más, con su nuevo atuendo, se ubicaron en sus sillas para disfrutar del sol.
Luego de un momento, la misma rubia atractiva, usando un diferente y colorido bikini topless,
volvió a pasar frente a ellos, y una vez más los saludó diciendo
"Buen día, Padre", "Buen día, Padre" y comenzó a alejarse.
Uno de los clérigos no pudo evitarlo y dijo:
- "Un momento, señorita"
- "¿Si, Padre?"
- "Nosotros somos sacerdotes, orgullosos de serlo, pero debo saber cómo es posible que usted
sepa que somos clérigos, vestidos como estamos?"
Ella replicó:
- "Padre, soy yo... ¡ la Hermana Catalina !"
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