Muchas veces creemos que la vida nos da la espalda, que todo nos sale mal y que nuestros problemas lamentablemente no tienen solución. El caos y la confusión, lejos de consumirnos, han de servirnos como señales de alerta para meditar y reflexionar sobre todo lo que realmente tenemos y no somos conscientes. El cariño de nuestros seres queridos, la posibilidad de aprender de nuestros errores y la fuerza para volver a intentar encontrar nuestro camino, deben de ser el refugio en el cual volvamos a juntar la energía para seguir adelante y volver a intentarlo. No estas solo en este camino
Es importante que nunca nos olvidemos de contextualizar los problemas. Es posible que alguno de ellos sea de difícil solución como el caso de una enfermedad terminal, pero probablemente muchos otros sean producto de nuestra falta de decisión para elegir aquello que nos gusta y realmente necesitamos. Por favor no interpretar esto como una manifestación de que no debe de importarte tu familia y entorno. Me refiero a que realmente uno tiene que ser sincero consigo mismo y procurar en la medida de lo posible, hacer aquello que lo hace sentir bien. Probablemente de pequeño te gustaba el baile, el teatro, la pintura, el canto, o quizás algún deporte, o soñabas con algún viaje. Hablo de elegir aquello que te hace sentir bien, de estar con aquella persona que te comprende, o probablemente de tomarte un tiempo para pensar a solas. Procura escuchar tu voz interior y pregúntate que quieres realmente.
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