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De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 17/10/2011 03:55 |
Gracia
Siento profundo agradecimiento por la gracia de Dios.
Cuando pienso en todo aquello que atesoro en la vida —mis amigos, mi familia, mi hogar, mi trabajo y mi comunidad— me doy cuenta de que Dios ha estado conmigo a cada momento de mi vida.
Gracias a mi facultad divina de la comprensión, reconozco que las habilidades que poseo para cocrear mi vida, son verdaderamente dones de Dios. Mi fe me permite apreciar todas las posibilidades.
El amor en mí crea vínculos divinos; la fortaleza me ayuda a perseverar. Al contemplar la plenitud y la belleza de la vida, veo que cada aspecto ha sido manifestado por la gracia de Dios. ¡Qué gran júbilo es experimentar conscientemente la gracia divina!
Todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que … la acción de gracias sobreabunde para gloria de Dios.—2 Corintios 4:15
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De: TATIS-7 |
Enviado: 20/10/2011 00:08 |
En Cristo, estoy sereno y equilibrado.
Una enfermedad puede ser el primer indicio de que estoy fuera de balance. Además de atender mis necesidades físicas con descanso y recuperación, también recuerdo cuidar de mi bienestar espiritual.
Si me siento abatido, abrumado o desvinculado de la Fuente, mi mente, alma y cuerpo lo reflejarán. De manera que busco mi centro de paz. Enfoco la atención en mi respiración, relajo mi cuerpo y apaciento mi mente. En oración avivo mi naturaleza crística y me aparto del mundo externo. Todo mi ser está en armonía, me sé uno con Dios.
Al encontrar mi equilibrio, utilizo la energía más sabiamente. Cultivo un corazón amoroso. En unidad con la serenidad y la sabiduría divina en mí, mi mente, mi cuerpo y mi alma están en perfecto equilibrio.
No descuides el don que hay en ti.—1 Timoteo 4:14
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Acción
Soy inspirado de manera divina para tomar acción positiva.
Cuando surja un reto en mi comunidad, país o en el mundo, puedo tomar acción y ser parte de la solución. Primeramente oro consciente de la presencia y el poder de Dios. Al ser considerado y mantener mi mente centrada en Dios, demuestro mayor comprensión y creatividad.
Al elevar los ojos por encima del problema, fijo la vista en los resultados divinos. Me emociono a medida que las ideas innovadoras surgen en mi conciencia. Con la seguridad divina, tomo acción inspirada por Dios. Soy sabio y fuerte a medida que Dios obra en mí y por medio de mí. Con mi ejemplo doy ánimo a otros para que también tomen acción y, juntos, haremos la diferencia.
Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo. ¡Anímate y pon manos a la obra!—Esdras 10:4
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Perspectiva
Mi perspectiva mejora cuando aprecio las bendiciones de Dios en mi vida.
Una caminata en el bosque refresca mi mente y recarga mi energía. Las raíces de los árboles, las ramas caídas y las rocas pueden hacer mi caminata riesgosa, mas no impiden mi avance. Sólo me recuerdan que aminore el paso. Me detengo de vez en cuando para apreciar la belleza de mis alrededores: la luz del sol danzando en los árboles, el aire fresco del bosque, el trinar de los pájaros. Con agradecimiento por la belleza que me rodea, continúo mi camino.
La vida es como una caminata. Si surgen retos, aminoro el paso, mantengo mis pies firmemente en tierra santa. Con una perspectiva nueva aprecio las maneras cómo el gozo y la paz de Dios bendicen mi vida.
Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo.—Salmo 16:11
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Fe
Pido con fe y sé que me es dado.
No necesito pedir ni rogar a Dios para recibir lo que deseo. Sólo necesito buscar dentro de mí, vincularme con el Espíritu divino y saber con fe y gratitud que mis necesidades están siendo satisfechas.
Gracias a la oración y el silencio, comulgo con el Espíritu divino en mí. Tengo fe en que la respuesta sabia, la situación correcta y perfecta y las bendiciones abundantes están en camino hacia mí. Me preparo haciendo todo aquello que mi guía interna me inspire a hacer. Luego dejo ir y permito que todo se desenvuelva. Mi vida se desarrolla como debe, y estoy exactamente donde debo estar.
Mi fe es fortalecida al orar y dar gracias. Con plena confianza, me vinculo con mi Creador y sé que todo está bien.
Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad.—Marcos 5:34
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Comunión
Al orar, discierno y recibo las bendiciones de Dios.
Al orar, comulgamos con Dios y comprendemos cuán bendecidos somos. Soltamos todo pensamiento de limitación y escasez —comprendemos que somos uno con todo lo que Dios es.
En oración, acudimos al Espíritu de la Verdad. En un momento devoto, avivamos la paz, el amor y la salud en nosotros. Hacemos que estas bendiciones se hagan presentes más plenamente en nuestras experiencias.
No puede existir una brecha entre nosotros y la esencia divina. En oración, nos damos cuenta de que las mismas bendiciones del cielo son nuestras. Al orar, reconocemos y enaltecemos la unión inquebrantable que tenemos con nuestro Creador.
Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; … La oración eficaz del justo puede mucho.—Santiago 5:15, 16
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