El poder de la imaginación es un don divino maravilloso. Con fe, visualizo lo que deseo crear en mi vida. Mediante una oración afirmativa poderosa, utilizo todos mis sentidos para imaginar en detalle lo que deseo experimentar en mi realidad. Mi visión es específica, amplia e impactante.
Al visualizar el resultado, genero sentimientos que promueven su logro y éxito. Quizás sienta orgullo, alivio o gozo al imaginar un resultado favorable. Siento gratitud por lo que sé que voy a alcanzar. Me aferro a esa sensación y, cada vez que imagine el resultado, los sentimientos positivos regresan a mí. Cuando mi bien se manifiesta, lo recibo con gozo, aprecio y agradecimiento.
Por tanto, les digo: Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá.—Marcos 11:24