No importa para qué fue diseñada una base: para sostener una casa para una familia o un edificio de apartamentos— lo esencial es que sea sólida. Lo mismo pasa con la vida. Día a día, edifico una base sólida de conciencia espiritual, la cual, a pesar de las distracciones a mi alrededor, me ayuda a permanecer centrado en mi fe a medida que atravieso y dejo atrás cualquier apariencia de desorden.
Puede que no siempre actúe y hable de maneras certeras, mas tengo en mí la esencia de la perfección de Dios. Mi compromiso para expresar la divinidad eleva mi conciencia de orden gracias a una percepción interna y sagrada. Estoy en el fluir del orden divino.
Porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad.—Filipenses 2:13
Tengo el poder para reclamar mi paz interna en cualquier momento y situación. Lo que visualizo crea ondas de energía que se mueven hacia afuera, afectando todo a mi alrededor. Así que cuando elijo una manera de ser pacífica, ésta contribuye al mundo en general.
Esto es de mayor importancia en momentos de estrés o conflicto. Si algo o las acciones de alguien me perturban, yo decido cómo responder. Hago una pausa y respiro profundamente. Recuerdo que el orden divino siempre está obrando en todas las cosas. Me conecto con mi corazón y sigo mis sentimientos hasta su origen. Descubrir y soltar temores o frustraciones me permite encontrar la paz en mí. Mi paz interna, a su vez, ayuda a crear paz en el mundo. La paz interna es mi elección.
No existe límite para la cantidad de cosas maravillosas que mi conciencia puede concebir. Hoy elijo enfocar mi atención en expresar el gozo que está en mí.
Miro todo a mi alrededor y encuentro razones para sentirme alegre. Existen tantas manifestaciones especiales y asombrosas de la vida de Dios. No importa dónde esté, hay maravillas que admirar. Todo lo que tengo que hacer es ver con mis ojos espirituales.
Cuando miro a la gente, veo más allá de su lenguaje y acciones externas al Cristo morador en ellas. Saber que todas esas personas son seres espirituales, tal como yo, me llena de gozo. También veo su potencial ilimitado.
Reboso de gozo y gratitud porque soy un ser espiritual, uno con todos los seres.
Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.—Juan 15:11