Cuando la limpieza y el orden se convierte en obsesión
La limpieza y el orden suele producirnos bienestar. Es normal que a todos nos guste acomodar o limpiar nuestras cosas de cierta manera, pero hay personas que convierten esta tarea en una obsesión y provocan en su entorno problemas de convivencia. Son maniáticos de la limpieza y el orden, personas que convierten estos conceptos en un fin y no en un medio. Terminan siendo intransigentes con ellos mismos y con su entorno porque acaban por no dejar hacer nada a los demás. Ni les permiten limpiar, ni mucho menos ensuciar.
La liempieza y el orden
Limpian la casa todos los días. Mantienen las cosas siempre en el mismo lugar. Se sienten incómodos si encuentran una mota de polvo o algo de un modo distinto al que esperaban. Repasan las tareas que otros realizan. Nadie las hace mejor que ellos. Llegan incluso a alterarse y a convertir la vida de quienes les rodean en un infierno.
Esta manía que a priori parece positiva, puede convertirse en un trastorno obsesivo compulsivo cuando esclaviza y crea problemas en el entorno.El camino que separa la manía de la obsesión, a veces, es más corto de lo que imaginamos.
Si esa obsesión nos impide realizar una vida normal, si invertimos demasiado tiempo en llevarlas a cabo y nos sentimos molestos porque no podemos mantener las cosas a nuestra manera, estamos en el camino de la patología obsesiva que requiere de la ayuda de un profesional.
Curiosamente, aunque es una de las manías más extendidas,
en la mayoría de las ocasiones, los maniáticos del orden y la limpieza no son conscientes de que esta obsesión se ha convertido en problema. Para quienes están a su lado y sufren continuamente sus reproches y exigencias, la convivencia se hace insoportable y el día a día es un auténtico infierno.
¿Cómo ayudar a este tipo de maniáticos?
Este tipo de patologías suelen iniciarse en la adolescencia o a principios de la edad adulta. Al contrario que ocurre con otros trastornos,
la mayoría de las ocasiones, esta manía se asocia con un rasgo de la personalidad y no con un problema. Incluso con la intención de ayudar y reducir la ansiedad del maniático, la familia se somete a sus normas, obedece y mantiene las cosas en el orden y con la limpieza que reclaman, pero a medio plazo esta “sumisión” en lugar de ayudar perjudica a la persona maniática.
Lo más importante para ayudar a la persona con esta problemática es hacer que se dé cuenta de que su manía se ha transformado en obsesión, una obsesión que esclaviza a ella y a quienes tiene a su alrededor.
Acudir a un profesional será la opción más adecuada, si la persona maniática se ve incapaz de reducir la ansiedad y el estrés que le provoca no cumplir con las tareas que ella misma se exige. El objetivo al acudir a un psicólogo en estos casos es que la persona logre liberalizarse de esta pesada carga para mejorar su vida y, en consecuencia, la vida de quienes tiene a su alrededor.