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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 22/10/2023 05:19 |
Elijo ser bendecido y ser una bendición.
Libre
Hoy es un nuevo día, libre de estrés y ansiedad, libre de conflictos y preocupaciones. Acojo este día consciente de que soy una creación divina y, que como tal, soy saludable, próspero y libre.
Al tomar la decisión de ser bendecido y de ser una bendición, abro mi corazón y mi vida a Dios. Me dedico a ser una influencia positiva en las vidas de los demás.
Sin importar las condiciones del mundo a mi alrededor, busco ver el bien y confiar en Dios. ¡Qué sentimiento tan liberador es éste! ¡Qué manera tan edificante y renovadora de vivir! Al dejar ir las preocupaciones y enfocar la atención en mi interior, recuerdo que hay un poder mayor obrando y que no hay nada que temer.
“Por nada estéis angustiados ... sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios.”—Filipenses 4:6
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De: TATIS-7 |
Enviado: 23/10/2023 04:35 |
Una energía dadora de vida fluye por todo mi cuerpo. Soy renovado.
Curación
La energía divina fluye en y a través de toda la creación, renovando, restaurando y edificando. La aprecio en la alegría de un niño, en la belleza de una flor y en los vibrantes colores de otoño. La percibo en la calidez de los rayos del sol y en la frescura de una suave brisa.
También siento el vigor divino en mi cuerpo. Sé que estoy en un fluir de energía vivificante y que ésta está en mí. Alabo mi cuerpo y doy gracias por su eficiente funcionamiento. Lo veo como una bella expresión de la vida de Dios.
Acojo con beneplácito el fluir constante de energía divina. Soy renovado en mente y cuerpo. ¡Gracias, Dios!
“'Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.' Le dijeron: 'Señor, danos siempre este pan.'”—Juan 6:33-34
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Siento agradecimiento por las personas y las experiencias en mi vida.
Gratitud
Cuando pienso en las muchas personas quienes me han ayudado en mi vida, siento un agradecimiento profundo. Familiares, amigos, maestros y colegas —cada uno me ha enseñado algo acerca de la vida y de mí mismo.
Ahora, abro mi corazón y pienso en todas estas personas diciendo una oración sencilla de gratitud por el amor que ellas representan en mi vida. Bendigo a cada una de ellas. Observo los acontecimientos de mi vida y acepto plenamente la lección aprendida y la sabiduría obtenida de cada situación.
Siento agradecimiento por el amor dado y recibido gracias a las ricas experiencias del viaje de esta vida.
“Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros. Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por todos vosotros.”—Filipenses 1:3-4 | | |
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Digo “¡sí!” a la vida.
Sí o no
Hacer una pausa diariamente para dedicar un rato a la oración silenciosa me permite abrir mi mente a la guía siempre presente del Espíritu. En el pasado, tal vez la indecisión y la incertidumbre me hayan hecho sentir estancado. Mas, ahora sé, que mis momentos de comunión con Dios me capacitan para decir sí o no en los momentos apropiados.
Hay situaciones en las que puedo decir con confianza “¡por supuesto!” a una experiencia de vida más rica y plena. Y hay situaciones que requieren un “no” para rechazar con firmeza circunstancias que no me llevan a mi mayor bien.
Al seguir la guía divina, tengo la seguridad de que tomo la acción correcta.
“Pero sea vuestro hablar: 'Sí, sí' o 'No, no'.”—Mateo 5:37
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En Cristo soy una criatura nueva. Puedo hacerlo todo.
Nueva creación
Pablo nos dice que “si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. Muchos de nosotros hemos vencido grandes adversidades: adicciones, patrones de pensamiento negativo, pobreza. Mas, tal vez todavía hay aspectos de nuestras vidas que deseamos transformar. La buena noticia es que tenemos el potencial para convertirnos en seres humanos completamente nuevos y vibrantes.
Hoy dejo ir plenamente de mi conciencia cualquier concepto limitante. Acepto con fe que Cristo es mi fortaleza, mi salud y mi guía espiritual. ¡En Cristo soy una criatura nueva!
Depende de mí elegir el sendero que apoye mi nuevo ser, y abordo esa jornada con un espíritu de gratitud y gozo en Cristo.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas.”—2 Corintios 5:17
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El amor hace sentir a mi corazón en casa.
En casa
Si el viaje de la vida requiere que me mude a otro sitio, me consuela saber que Dios siempre está conmigo y en mí. Aunque eche de menos lo familiar, estoy feliz de poder hacer nuevas amistades y explorar nuevos alrededores.
Dondequiera que vaya, me siento en casa al compartir el amor que guardo en mi corazón. Soy motivado a buscar lo mejor en cada persona y situación.
Todas las cosas trabajan juntas para mi mayor bien. Aunque esté lejos de mi antiguo hogar, descanso y afirmo que todo está bien aquí y ahora. No importa dónde el cambio de residencia me lleve, mi hogar yace en mi corazón.
“¡Bienaventurados los que habitan en tu Casa; perpetuamente te alabarán!”—Salmo 84:4
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