La vida solo puede ser aprovechada en plenitud cuando se remueven todos los obstáculos.
De lo contrario, la vida de uno será como la de un guerrero: luchar, pero sin tiempo para disfrutar victorias. Y no hay nada más bello y más valioso que la victoria.
Puede que estemos en un campo de batalla, pero debemos parar un momento y entender cuál es el verdadero obstáculo que enfrentamos. Eliminarlo no significa necesariamente combatirlo; muchas veces, es simplemente una cuestión de evitarlo. O aprender lo que se tenga que aprender con él, lo que hará con que la dificultad automáticamente desaparezca.