Mírame con tus ojos claros, serenos,
esos ojos que han tomado el color azul
para así transportarme hasta un cielo limpio,
brillante, sin nubes, que lo enturbien,
para mirarnos con los ojos transparentes
y puros llenos del más inmenso amor.
Mírame a los ojos, con tu dulce mirada,
encendida por la luz de la pasión.
Acaríciame con tu dulce voz,
esa voz que acaricia mis oídos,
como suave melodía, como alegre sinfonía,
como pétalos al viento, como suave terciopelo,
como translúcido tul.
Acaríciame con la misma suavidad
de los pétalos de rosas
que levemente acarician mi cara,
y me siento transportada al pináculo del amor.
Bésame con ardiente deseo,
muerde de mis labios los besos
que te regalan los míos amorosos,
transportándonos al más sublime de los oasis
que existir pueden en el mundo.
Bésame suavemente, con mimo,
como se besa a una rosa, como se besa a una flor.
Ven aquí, dame tus manos, dame un abrazo,
y así entrelazados siempre uniremos muestras manos,
uniremos nuestros cuerpos con el más sublime amor.