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La Rosa
El corazón de una mujer es como una rosa, una flor muy delicada, pero con tierra buena y superficie dura, crecerá, tendrá los colores más brillantes, dará flores muy fragantes. La mujer, es igual. Si se trata con cariño, se alimenta con palabras de bondad cuando las necesita, mostrará toda la belleza que encierra. Aunque sea ignorada, despreciada siempre, aunque no lo sepas, seguirá dando el corazón lleno de amor, cada día mostrará nuevos capullos, aunque la maltrates. Entre la rosa y la mujer no hay mucha diferencia, las dos son muy suaves. Si quieres que tu rosa, perdure eternamente, háblale, ella entiende. Visítala todas las veces que tengas unos minutos. Ella no te pide mucho, muy poca atención. Cuando quieras ver la rosa, pura, limpia, de suave aroma, sólo mira desde tu ventana. Si no está, la has perdido para siempre por haberla abandonado, por completo. Te llevará mucho tiempo poder cultivar otra rosa, con tanta belleza, que a pesar de las espinas en sus ramas jamás te hirió.
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