Qué es lo que te está faltando
Mientras ando mi destino, tus quejas voy escuchando; dime, hermano del camino… ¿qué es lo que te está faltando?
¿Es que hay algo que precisas, que la vida no te ha dado? ¿No te dio acaso la risa con sus duendes desbordados?
¿Y las lágrimas… no vienen con prisa a purificarte, cuando el dolor se detiene en tu puerta a visitarte…?
¿No entra el aire a tus pulmones con su sagrada energía? ¿No disfrutas de los dones de una dulce melodía?
¿Se terminó la belleza? ¿Ya no hay más atardeceres? ¿No te sientas a la mesa con aquéllos que más quieres?
Para el hermano deshecho por la pena y la aflicción, ¿no tienes –dentro del pecho- la sublime compasión?
¿No se te dio, sabiamente, aquella opción singular, de caminar con la mente, o con el alma volar?
¿Y qué dices de la impronta de tu conciencia expandida, cuando tu Ser te remonta al corazón de la Vida?
Tienes los trinos, las rosas, los poemas, las cascadas, ¡y la magia silenciosa de cada noche estrellada!
Tienes amigos, amores, tienes mentira y verdad, ¡tienes todos los colores que ofrece la dualidad!
Puedes pintar –en tu lienzo-, tus cumbres o tus barrancos; trazar un bosquejo extenso… ¡o devolver la hoja en blanco!
Puedes lograr –con tu anhelo-, que haya flores en invierno, hacer de la Tierra un Cielo… ¡o hacer del Cielo un infierno!
Miro tus bienes divinos… y te sigo preguntando… dime, hermano del camino… ¿qué es lo que te está faltando?
Jorge Oyhanarte
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