Deja que duerma esta noche, amor mío en tu regazo,
que siento frío en el alma y quiero sentir tu abrazo.
Cálido, suave, fantástico, siento tu cuerpo latir,
déjame que me acomode, que palpe tu frenesí.
Para que el frío de mi alma se diluya con tu amor,
y paladees el latir de mi ardiente corazón.
Hazme una tierna caricia, toca mi pelo y mi piel,
besa mi boca de grana, endulzada cual rica racha de miel.
Mira mis ojos brillantes, que centellean con amor,
cuando miran tus espejos y les dan su resplandor.
De tu mirada encendida, brota fuego iluminado,
son tus ojos dos luceros que yacen aquí a mi lado.
Adónde fueron los besos, los besos que no nos dimos,
yo los busco noche y día cuando vago solitaria,
extraviada en el camino.
Los besos que no me diste, dónde habrán ido a parar,
que los busco y no aparecen, yo los quisiera encontrar,
y ponerlos en tu boca, que suaves rocen mi cara,
que se mezclen con tus labios cuando despiertes mañana.
Los besos que no te dí, los llevo en mi corazón,
hoy te los regalo todos, con ternura y con amor.