Mejora tus relaciones

"Alejate de la maldad y haz lo bueno, busca la paz y siguela (Sa.34:14)

 

En el departamento de ventas de una compañia, trabajaba Gustavo que era el tipico pesonaje "sabelotodo". cualquiera que fuera el tema. Gustavo tenía su punto de vista y estaba presto aimponer su punto de vista. Juan que era otro empleado, y que tenía muy mal carácter, le caía muy mal Gustavo y se saludaban muy poco los dos.

 

Sucedió que un día tuvieron que hacer un largo viaje en autobús para realizar un trabajo de la compañia. Juan para evitar problemas, decidió escuchar a Gustavo durante el viaje y descubrió en esa conversación, que efectivamente Gustavo sabía bastante de varios temas, por lo que lo felicitó. A partir de aquel día ambos se aceptaron como eran, y empezaron una bonita amistad.

 

Lo importante en nuestras relaciones es que nos acptemos con nuestras cualidades y defectos, y aprendamos a respetarnos como personas, como partes necesarias en la comunidad donde vivimos.

 

La biblia nos dice: "El cuerpo humano, aunque está formado por muchas partes, es un sólo cuerpo. Si el pie dijera:" como no soy mano, no soy del cuerpo", no por eso dejaría de ser del cuerpo. Y si la oreja dijera: "y si la oreja dijera: "como no soy ojo no soy del cuerpo", no por eso dejaría de ser del cuerpo. Todo el cuerpo fuera ojo, no podríamos oír, y si todo el cuerpo fuera oído, no podríamos oler. si todo fuera igual no habría cuerpo. El ojo no puede decirle a la mano: "No te necesito ni la cabeza a los pies": "No los necesito". Lo cierto que aunque sean muchas partes el cuerpo sólo es uno. (1Cor. 12:12-21).

 

Para amar a nuestros semejantes hemos de amarnos primero a nosotros mismos. Esto sólo es posible cuando conocemos a Aquel que nos amó primero, nos acepta y recibe como somos. Ese es Jesucristo. A Él lo podemos conocer, leyendo su Palabra que es la Biblia y haciendo su voluntad. Es en él, en quién encontraremos respuesta para nuestro conflictos más intimos y podremos estar en paz con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

 

Señor: Gracias porque Tu amas y aceptas a las personas sin hacer distinción.

Ayúdame siempre a aceptar a las personas como son, en el nombre de Jesús, amén.