EL ESPEJO
Un día llegó un grupo de escaladores a un pueblo
y ciertamente fue un evento de lo más insólito.
No estuvieron allí más de tres horas.
Mientras los montañeros reposaban un poco ,
una de las muchachas sacó de la mochila
un espejo de mano.
En pocos momentos se vió rodeada de un ejército
de niñas pequeñas que la miraban en silencio con
asombro. Nunca habían visto un espejo.
¿Que es eso que tienes en la mano?
le preguntó la más pequeña señalando con su dedo.
¿Esto? es un espejo, dijo la muchacha.
¿Nunca has visto uno?
El grupo de niñas negó al unísono con la cabeza
y sin separar la vista de aquél objeto maravilloso.
Verlas era un espectáculo encantador y la escaladora
quedó sorprendida de su inocencia.
¡Que cosas! dijo, tú nunca has visto uno
y yo no sabría vivir sin él.
¡Toma te lo regalo!
Y entregó el espejito a la más pequeña.
La niña clavo los ojos asombrada en el espejo,
y después dándola un beso en la mejilla se lo devolvió
con una sonrisa.
¿Que pasa? ¿No lo quieres?
No, esque... en esto solo puedo ver mi cara...
Respondió la niña.
Verme todo el rato a misma es muy aburrido.
¿No tiene otro en el que pueda ver a mis amigas,
mi papás o mis hermanos?
(Parábolas de nuestro tiempo)