ALEGORÍA PARA AYUDAR A ENFRENTAR LA MUERTE
En el fondo de un viejo estanque, vivía un grupo de larvas que no comprendían por qué
cuando alguna de ellas ascendía por los largos tallos de lirio hasta la superficie del agua, nunca más volvía a descender donde ellas estaban. Se prometieron una a otra, que la próxima de ellas que subiera a la superficie, volvería para decirles a las demás lo que le había ocurrido.
Poco después, una de dichas larvas sintió un deseo irresistible de ascender hasta la superficie.
Comenzó a caminar hacia arriba por uno de los finos tallos verticales y cuando finalmente estuvo fuera, se puso a descansar sobre una hoja de lirio.
Entonces experimentó una transformación magnífica que la convirtió en una hermosa libélula, con unas alas bellísimas
Trató de cumplir su promesa, pero fue en vano. Volando de un extremo a otro de la charca podía ver a sus amigas en el fondo. Entonces comprendió que incluso si ellas a su vez hubieran podido verla, nunca habrían reconocido en esta criatura radiante a una de sus compañeras.
El hecho de que después de esa transformación que llamamos muerte no podamos ver a nuestros seres queridos, ni comunicarnos con ellos no significa que hayan dejado de existir.