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Ya en ese tiempo, estaba yo a punto de trabajar como despachador después de haber sido tarjetero en la Cooperativa del Servicio Urbano y empezaba a abrirme paso en esa empresa para iniciar mi preparación como un trabajador a comisión que me hiciera ganar dinero para cubrir todas mis necesidades, recuerdo que a los dos años de ser despachador me enviaron con un socio antiguo a pasar el exámen de manejo para convertirme en chafirete, y la verdad que mi experiencia como chofer era bastante escasa, ya que lo que sabía del manejo de vehículos grandes era lo que mis hermanos Mario y Rafael me habían enseñado y el "cachanear" con uno que otro chofer, de la terminal, al lugar donde se guardaban los camiones después de una larga jornada de trabajo, y eso, les aseguro que no era mucho pero que me sirvió para que la persona que se supone, me iba a ser el examen, se bajara del autobús y me dejara solo con el paquete de dar varias "vueltas" a la ruta manejando el camión, y que a pesar de haberme subido varias veces a la banqueta con él, no tuve ningún accidente, lo que fue suficiente para que fuera aprobado en el examen y se me asignara un camíon viejito con el número económico, cuarenta y cuatro, al cual bautizé como "El fugitivo", nombre que coloqué en el espejo frontal arriba del conductor, nombre por el que me empezaron a conocer los pasajeros que constantemente abordaban mi nave en la ruta que me había sido asignada, la cual era corta y tranquila que me sirvió de fogueo para adquirir la confianza necesaria para convertirme en un buen chofer, lo que por fortuna sucedió.
En el tiempo que laboré en esa empresa, mi buen desempeño en ella me valió el reconocimiento de los jefes de la misma y también el de mis compañeros, porque a pesar de ser el hijo del tesorero de la empresa, nunca hubo preferencias en mi trabajo por ello, tan fue así, que muchos de los compañeros que nos iniciamos juntos en el ramo "choferil" fueron cambiados a carros mejores que con los que empezaron, mucho antes de que a mi me dieran, aparentemente un carro mejor.
Cuando a mis compañeros los cambiaron varias veces a camiones mejores, a mi me cambiaron de mi querido "Fugitivo" a un International mas grande, el número siete, pero con mayores problemas mecánicos que el anterior, pero eso no fue problema ya que con ese camión obtenía ingresos tantos como los de los choferes de camiones nuevos, y eso me valió para que después de cinco años de espera, me dieran un carro enorme nuevo y de primera clase, el número treinta y nueve, carro que no disfrute mucho tiempo, porque para esos momentos tenía 4 meses de casado, y por problemas de salud, renuncié, ya que las labores diarias iban de las cinco de la mañana hasta las diez u once de la noche, y cada determinado tiempo trabajábamos hasta la 0:30 del otro dia, lo que era demasiado para una persona que no estaba hecha para ser chofer toda su vida. Corría ya el fin del año de 1970.
D.R. Josè Luis H. C.