Cinco minutos másFuente: Gama - Virtudes y Valores
Autor: Miguel Ángel Carranco, L.C.
¡Cinco minutos más! Si pudiéramos conocer las diez frases más pronunciadas por los seres humanos al despertar, seguramente esta sería una de ellas. El inicio de un nuevo día es para algunos una pelea despiadada en la cama hasta poder dar finalmente el Knock out a la almohada y lograr levantarse.
“Dios creó el tiempo y el hombre la prisa”. Desde que entramos a este mundo contamos con un cronómetro que marca el inicio de la carrera de la vida en la que todos competimos, pero igualmente también este reloj nos marcará algún día su fin.
Nueve son los meses que tardamos en llegar a este planeta, pero basta sólo un segundo para salir de él. Italia ha vivido durante las últimas semanas uno de los peores terremotos de su historia. Más de trescientos muertos en tan sólo un instante. Bajo los escombros de varias ciudades de la zona de Abruzzo yacen para siempre todo tipo de objetos: computadoras, celulares, cajas de seguridad y uno que otro título de doctorado. Muchas son las historias en esta zona de Italia. Pocos los que las quieren recordar. Los bares y discotecas que antes sufrían de una explosión demográfica, ahora han quedado solitarios. Por el contrario, lugares como las iglesias contemplan el regreso de sus hijos con innumerables filas en los confesionarios. Y es que en realidad existe otro tipo de terremotos que sacuden fuertemente nuestra sociedad. Terremotos que sacuden el egoísmo o el orgullo, que tienen su epicentro en el corazón del hombre.
¿Cuánto vale un segundo? Quizás esto nos lo podría responder un velocista que haya ganado la medalla de plata. Muchas personas se quejan de no tener el tiempo suficiente. Pero ciertamente tenemos tiempo suficiente, si lo aprovechamos bien. A lo largo del tiempo, los seres humanos han empleado en peor o mejor manera su tiempo. Algunos de ellos durante su vida han iniciado grandes proyectos. Algunos incluso han hecho grandes descubrimientos a pesar de contar con poco tiempo. Buscaban la forma de aprovecharlo al máximo, algunos se desvelaban, y otros buscaban una mejor forma de organización personal. Ciertamente a nosotros quizás no nos toque inventar la luz eléctrica o el teléfono pero sí descubrir el valor de vivir con intensidad la vida.
Si fuera posible comprar el tiempo, seguramente habrían largas colas por adquirirlo. Quizás Dios sería el primero en querer comprar un minuto de nuestro tiempo para poder hablar con nosotros. No perdamos los mejores años de nuestra vida. Gastémoslos en aquello que nos haga más humanos como el hacer felices a los demás o el convivir con la familia.
La vida es corta y existe un mundo grande por conquistar. Ahora, como cada mañana, suena de nuevo el despertador en tu vida, quizás sea el mejor momento para despertar.
¡Vence el mal con el bien!