Los Complejos Pastora Ruth de Solís, “Con sabiduría se edifica una familia y con prudencia se consolida” Proverbios 24:3 (N.V.I.) Se dice que todos tenemos complejos, debido a que durante la infancia sufrimos en alguna medida de burlas, rechazos, fracasos, quizá no fueron satisfechas nuestras necesidades básicas (tema que ya aborde en otro artículo) Y depende de nuestra fortaleza interna, nuestra personalidad, nuestra historia, sobre todo nuestra experiencia cristiana y sinceridad para buscar superarlos y buscar ayuda si es necesario. Muchos evidencian un complejo de superioridad al expresarse verbal y gestualmente de otros con desprecio; mientras en su mente esconden un temor ante su propia inseguridad. Ven a otros como ellos se miran a si mismos, pero inventaron una careta que les protege. Esto se evidencia como un problema de personalidad que le lleva a adoptar actitudes y posturas arrogantes y prepotentes. Una persona con una distorsión de la personalidad social puede parecer que tiene un complejo de superioridad. El Complejo de Superioridad en la mayoría de los casos, es un Complejo de Inferioridad mal resuelto. Por eso me centro en el de Inferioridad. Si una persona esta segura de quien es no necesita aparecer ante otros como superior o diferente a quien es. Se requiere fortalecer en nuestros hogares la valía de cada uno y celebrar los éxitos, resolver los fracasos y las equivocaciones dejarlas en el pasado; para que cada miembro se sienta libre de ser quien Dios le diseño que fuera, que explote y maximice sus habilidades, diferentes, únicas y valiosas. El niño que pinta, la niña que hace figuras con arcilla, el adolescente que escribe poemas de amor tormentoso, todas son expresiones de la personalidad, de su momento de vida, de lo que Dios depositó, por eso nunca trate de que sus hijos o su conyugue sea como otra persona, valórele y muéstrele lo valioso que es por ser quien es. Eso previene que afloren complejos de inferioridad y ayuda a superar los ya existentes. Una persona con Complejos de Inferioridad muy marcados, tiende a perder autenticidad, adoptar poses estereotipadas al hablar, uso de palabras muy cultas a su parecer, pero desgraciadamente fuera de contexto. Centrar su imagen en la posesión de artefactos, bienes y la búsqueda incansable de un puesto o título. Muchas personas con esta distorsión de su imagen tienden a: • Aislarse o esconderse en una personalidad falsa. • Tratar de llamar la atención • Sentirse demasiado susceptible • Ser demasiado posesivo • Buscar el perfeccionamiento • Criticar a otros, siendo muy duros con los defectos y errores de otros. • Minimizar sus fallas. • Atacar en forma frontal y agresiva. • Asumir una posición de victima en la búsqueda de protectores que le defiendan, a quien usa en forma antojadiza como aliados. • Compensar su Complejo con elementos vistosos, posesiones, vocabulario no propio e incluso una postura física agresiva. • Culpar a otros de sus fracasos. • Evidenciar una insatisfacción constante ya que siempre tendrán a alguien a quien querer superar. Generalmente se centran en una persona. • Presentar problemas para trabajar en equipo Como vemos es una bomba de tiempo para si mismo y para otros. Con mucho dolor y angustia en si misma. ¿Qué hacer? Busque ayuda si usted evidencia los síntomas. Afíliese a una congregación donde usted pueda crecer y efectuar acciones que le hagan sentirse: aceptado, valioso, donde se le motive para alcanzar el éxito en el logro de metas. Sobre todo que se le brinde apoyo, consejería con sabiduría y madurez para que no le refuercen sus complejos. Busque superarse ya que usted es miembro de una familia; recuerde sus debilidades afectan a otros. Así como sus habilidades y fortalezas, les bendicen. Recuerde todos somos valiosos y todos tenemos de Dios dones, habilidades, usted es muy importante, usted puede salir adelante. Debemos tener el concepto claro de quienes somos y pensar de nosotros con cordura somos gente creada para bendición. “Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función. También nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado…” Romanos 12:3-5   MIGDALIA   by Andrea