¡A nadie le gusta quedarse “abajo”! ¡Todos quieren “subir”! Y esa es una buena actitud que demuestra el interés que la gente tiene por el progreso y la realización personal.
Los hombres y las mujeres que transitan ese camino suelen pedir el apoyo de los demás, buscar la ayuda de Dios, seguir los consejos de la Biblia, solicitar que se eleven oraciones a favor de ellos y mantener una actitud de humildad que demuestra un auténtico interés por superar toda limitación.
Sin embargo, a veces el asunto cambia cuando logran lo que tanto deseaban alcanzar. Porque una vez que están “arriba”, en la cima de la montaña del desafío que pudieron conquistar, se olvidan de los valores, los principios y las personas que los guiaron hasta allí. Ahora el orgullo y la autosuficiencia se convierten en características inocultables de su carácter.
¿Cómo evitar que esto ocurra?
Simple. Sencillo. Sin vueltas. El secreto está en afirmar tu vida interior y decidir qué clase de persona querrás ser. En otras palabras: preparar tu mente y tu corazón de modo que cuando llegues “arriba” no abandones las convicciones y las virtudes que has sabido elegir ahora que estás “abajo”.
El Libro de los Proverbios recomienda: “Mira siempre adelante, mira siempre de frente. Fíjate bien en dónde pones los pies, y siempre pisarás terreno firme. No te desvíes de tu camino; evita el andar en malos pasos”.*
Te esfuerzas por alcanzar el éxito. ¡Bravo! ¿Estás preparado para convivir con él?
¡Buen Fin de Semana!
CRISTIAN FRANCO