LA OBEDIENCIA
Como hijos de Dios debemos hacer su voluntad para que nos vaya bien, cumplir con los mandamientos, la ley y sus estatutos para que prospere todo lo que toca tu mano, como también el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra cuando obedecieres y te conviertas a Jehová, con todo tu corazón y con toda tu alma. Dt.30: 9-10. La obediencia a Dios trae bendición y prosperidad a nuestros caminos. Dt.11: 13-14.
Jehová no se complace en sacrificios ni holocaustos sino en que seamos obedientes, porque de ella depende alcanzar el cielo y gozar por siempre de la vida eterna. La obediencia es el camino a la santidad que es el perfecto estado al cual debemos anhelar.
Uno de los principios de la sabiduría es la obediencia y Dios nos exhorta en Proverbios 3: 1-5 a no olvidar la Ley y guardar los mandamientos en nuestro corazón; también nos garantiza que si somos obedientes viviremos en paz y ante los ojos de Dios y de los hombres hallaremos gracia y buena opinión.
Debemos tener presente que el arma que mas usa satanás para alejarnos de la protección de nuestro Padre es la desobediencia; cuando hizo caer a Adán y Eva, fue mediante el uso de sus artimañas para que ellos desobedecieran y perdieran la gracia. Génesis 2: 16-17 y 3:6. No obedecer al Padre nos trae maldición y levantamos una barrera entre Dios y nosotros; el pecado nos aleja de él. Jeremías 9:13-15.
Entonces, resistamos las tentaciones y seamos obedientes: la obediencia lleva a la vida y la desobediencia a la muerte. Dijo Jehová a su pueblo en Dt. 30:19: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge pues la vida para que vivas tu y tu descendencia”.