ADIOS AL TEMOR
A medida que profundizamos en La Palabra de Dios y comenzamos a caminar por el estrecho camino de la salvación, Satanás saca a relucir su arma mas poderosa - EL TEMOR - esa sensación que nos hace flaquear, que nos hace dudar y en muchos casos, tomar caminos o atajos equivocados orientados por el miedo, la duda, el temor….
Existe el temor a lo desconocido, al castigo, al dolor, a las enfermedades, a perder la vida, a quedar en la ruina, a hacer el ridículo y también el temor cuando hemos pecado. En fin, son innumerables los temores que Satanás pone en nuestras vidas para que nuestra fe se empequeñezca y así alejarnos de nuestro Protector.
Tenemos que tener presente que el enemigo siempre usará esa arma en contra de los hijos de Dios, pero cuando esto ocurra, corra a los brazos del Padre. Esa es la mejor arma contra ese mal. Allí, el enemigo no nos alcanzará. No se deje vencer, con Dios somos mas que vencedores.
Examinemos nuestro diario vivir, pongámonos a cuenta con nuestro Padre todos los días para que nos limpie de todo pecado, de toda malicia del enemigo, en fin, mantengamos una comunicación constante con El. Y todo temor se alejará. Abriguémonos bajo la sombras del Omnipotente, como dice el Salmo 91:1 ya que ante la presencia de Jehová, nuestro Padre, en quien confiamos, estaremos seguros.
Lo que tenemos que tener siempre presente es que aunque hagamos la voluntad de Dios, y sigamos sus mandamientos e instrucciones, el temor siempre nos estará asechando, poniéndonos lazo, porque el inicuo no descansa y es muy sutil… el perfecciona sus trampas en la medida en que nos acercamos mas al Padre. Es por eso que tenemos que mantenernos alerta, no con miedo, sino manteniéndonos firmes ante las adversidades, no dando pie al temor y acudir a Jehová en alabanza constante y continuo ruego….
No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Jeremías 1:8.
Aunque ande en valles de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo, tu vara y tu callado me infundirán aliento. Salmo 23:3-4.