Cuando Sara y su mamá salían del supermercado,
se encontraron
con su pastor.
" Estoy aquí para comprar
comida para esa familia cuya casa
se quemó ayer",
les dijo el pastor, después de saludarles.
Inmediatamente la mamá de Sara metió la mano en su
cartera, sacó diez dólares y se los dio al pastor.
" Aquí hay un poco para ayudar". dijo.
Al continuar el camino con su mamá, Sara frunció el ceño.
" Mami, yo quería comprar esas galletas que me gustan
tanto, y tu dijiste que no tenias lo suficiente para
comprarlas", se quejó.
" Yo lo entendí porque se que papi esta sin trabajo.
Pero
después, regalaste esos diez dólares.
Eso no tiene sentido.
¿Como puedes regalar dinero cuando
no tenemos
lo suficiente para nosotros?".
" El Señor nos ha bendecido en gran manera durante este
tiempo, y hemos podido conseguir todo lo que en realidad
necesitamos", contestó la mamá.
" Tu papá y yo creemos
que debemos compartir
las cosas buenas que Dios nos ha
dado y no dejarlas sólo
para nosotros.
El siempre paga de
una forma o de otra".
Sara no se veía realmente
convencida,
pero no habló más del asunto.
Esa tarde, mientras Sara ayudaba a preparar la comida,
la mamá le pidió que midiera una taza y un cuarto de leche
para la comida.
" Llena la taza y viértela en el plato hondo;
luego,
la segunda vez,
llénala solamente hasta la marca
de
un cuarto", le instruyó.
Entonces añadió: ¿Sabes Sara?,
el vaciar la taza de medir para que puedas echar más,
se
parece un poco a lo que te estaba tratando de decir
sobre el dar.
Si almacenamos las bendiciones de Dios acaparándolas
sólo
para nosotros, puede que no tengamos más espacio
para
recibir
cualquier otra cosa, porque nuestra "taza"
pudiera
estar llena.
Pero si compartimos generosamente con otros lo que
tenemos, Dios se encargará de que nuestras necesidades
sigan siendo provistas".
Desconosco el autor
Dios les Bendiga
Con Cariño
Gladys Nancy
D
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