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General: Lágrimas en el cielo
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De: GLADYSNANCY (Mensaje original) |
Enviado: 11/09/2009 16:51 |
LÁGRIMAS EN EL CIELO
Luego fui
llevada a un lugar en particular en que el ángel se detuvo y me dijo:
“Dios quiere que te muestre la habitación de las lágrimas.”
Muchas veces, puede que ustedes
hayan leído varios pasajes en el libro de los Salmos acerca de nuestras
lágrimas y sobre cómo se ocupa Dios de nosotros. Los ángeles captan
nuestras lágrimas y las meten en redomas o sea, vasijas
(Salmo 56:8). Muchas veces, me había preguntado qué significaba eso.
Sé que muchos de ustedes que
leen estas palabras han vertido muchas lágrimas por sus seres queridos:
sus hijos, su cónyuge o sus parientes. Especialmente, si la persona ha
pasado por una separación o por un divorcio, ha sentido como si se
hubiera esfumado toda esperanza. Ustedes se han afligido por los seres
queridos que han perdido.
Quiero decirles que Dios me
mostró una habitación de lágrimas. Era tan bella. El ángel me condujo a
un gran vestíbulo que no tenía puerta.
Al mirar en su interior, pude
ver que la habitación misma no era muy grande, pero la santidad y el
poder que irradiaba de allí, me asombró. Amueblada con estantes de
cristal, las paredes interiores brillaban con luz.
En los estantes habían muchas
vasijas, algunas de las cuales estaban en grupos de a tres y parecían
ser de cristal transparente. Debajo de cada conjunto de vasijas
brillantes semejantes al cristal había una placa con un nombre en él.
Había muchas de estas vasijas en la habitación.
Entonces, ví a un hombre dentro
de la habitación que parecía haber sido glorificado. Su túnica, de
color morado oscuro, era muy bonita y parecía de terciopelo.
Justamente a la entrada había
una elegante mesa, hecha de un material valioso, la cual refulgía con
majestuoso resplandor. ¡La esplendorosa escena que ví me asombró!
En la mesa habían libros que
parecían como si hubieran sido cosidos con el más bello género,
parecido a la seda, que jamás yo hubiera visto. Algunos tenían
diamantes, perlas y encajes; otros tenían gemas verdes y moradas. Todos
habían sido hechos de forma elaborada.
Pensé: “ Dios, qué bellos son
estos libros!” Me encantan los libros. Éstos, en particular, me
atraían. Eran asombrosos. Al contemplarlo todo, me sentí maravillada.
De pronto, el hombre de la
habitación me dijo: “Ven y mira. Quiero mostrarte esta habitación y
explicarte acerca de las lágrimas. Esta es una de muchas habitaciones
iguales. Estoy a cargo de ésta.”
Según él hablaba, pasó un ángel
enorme por el vestíbulo. La belleza y majestad de aquel ser celestial
me asombró. Me dí cuenta de que vestía una vestidura blanca,
reluciente, con reborde de oro por toda la parte delantera. Parecía
medir cerca de doce pies de estatura y tenía alas muy grandes.
El ángel tenía una pequeña copa
en las manos. La copa dorada estaba llena (véase Apocalipsis 5:8) de un
líquido. El hombre de la habitación me dijo: “Él me acaba de traer una
copa de lágrimas de la tierra. Deseo que veas lo que hacemos acá con
ellas.”
El ángel le entregó la copa,
junto con un pedazo de papel. La nota tenía el nombre de la persona
cuyas lágrimas estaban en la copa.
El hombre de la habitación leyó
la nota y entonces se dirigió a uno de los lugares en que se guardaban
las vasijas. Leyó la placa debajo de la vasija y yo sabía que coincidía
con la persona de la tierra cuyo nombre venía en la nota.
El hombre tomó la vasija, que
estaba casi llena, y la acercó a la copa. Vertió entonces las lágrimas
de la copa dorada en la vasija.
“Quiero
mostrarte lo que hacemos aquí”, me dijo el hombre. “Cuéntaselo a la
gente de la tierra.” Entonces llevó la vasija hacia la mesa, tomó uno
de los libros, lo abrió, y dijo: “
Las páginas del libro estaban
totalmente en blanco. El guardián de la habitación me dijo: “Éstas son
las lágrimas de los santos de Dios en la tierra según claman a Dios.
Mira lo que sucede.”
Entonces, el hombre vertió
una gota de la vasija, una lagrimita, en la primera página del libro.
Al hacerlo, comenzaron a aparecer palabras inmediatamente. Bellas
palabras, elegantemente escritas, comenzaron a aparecer en la página.
Cada vez que una lágrima caía en una página, aparecía una página entera
de escritura. Continuó haciéndolo página tras página, vez tras vez.
Al cerrar el libro y hablar,
parecía estar diciéndole a toda la humanidad lo mismo que a mí: “Las
oraciones más perfectas son aquellas que están bañadas con lá grimas
que salen del corazón y el alma de los hombres y las mujeres de la
tierra.”
Entonces el ángel con alas de arco iris me dijo:
“Ven y mira la gloria de Dios"
Desconosco el autor de este tema
Dios les Bendiga con cariño Gladys Nancy
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HERMANA NANCY POR TU HERMOSO MENSAJE
AGRADECEMOS TU ESFUERZOPARA QUE LA VIDA DE LOS
HERMANOS DE LA COMUNIDAD SEN BENDECIDOS CON TUS APORTES
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