La palabra perezoso, en hebreo en el Antiguo Testamento, es "atsel" que significa indolente, ocioso o perezoso. Es decir, cuando una persona cae en la pereza en cierta manera cae en la indolencia, en la indiferencia. En el Nuevo Testamento la palabra perezoso es "okneros" que significa indolente, impuntual e insoportable. Dios nunca llega tarde, siempre llega a tiempo.
Hebreos 6:11-12
Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la mismo solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no seáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
De nuevo vemos aquí como la pereza puede impedir que nos lleguen las promesas y por eso nos exhortan a imitar a aquellos que por su fe y paciencia heredaron las promesas. El perezoso tiene características muy particulares; veamos algunas de ellas.
Lo primero : es que el perezoso no discierne los tiempos.
La palabra de Dios dice que todo es hermoso en su tiempo. Sin embargo en
Proverbios 6:9 dice:
“Perezoso ¿Hasta cuando has de dormir? ¿Cuándo te levantaras de tu sueño?”. Dios instituyó el reposo para el ser humano, el problema que se resalta aquí es que el perezoso no sabe discernir cuando es el momento de dormir y deleitarse en el reposo y cuando es el momento de trabajar.
Otra característica es que desea pero nada alcanza, pues se la pasa soñando pero sin tener un plan de acción. En Proverbios 13:4 dice:
“el alma del Perezoso desea, y nada alcanza, mas el alma de los diligentes será prosperada“.
El alma del diligente acciona el plan, el perezoso solo se queda deseando. Debemos luchar mucho contra esto e instruir a nuestros jóvenes. Ellos tienen que aprender a accionar y ser diligentes.
El perezoso tiene una mente sumamente negativa. Declara su fracaso anticipadamente. No piensa mas allá, se rinde fácilmente. Debemos estar consciente de que existe un enemigo, pero tenemos que tener la seguridad de que mayor es el que está con nosotros; Él pelea nuestras batallas.
Proverbios 22-13 dice :
el Perezoso: el león está fuera, seré muerto en la calle. Proverbios 26:13
Dice el perezoso: el león esta en el camino, el león esta en las calles. Como la puesta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama. Debemos cerrar brechas que puedan estar abiertas al enemigo.
Otra característica es que el perezoso cree que sabe más que los demás.
Proverbios 26-16
en su propia opinión el perezoso es más sabio que siete que sepan aconsejar. El perezoso es sabio en su propia prudencia, y no está viendo su calamidad. Por eso con corazón humilde debemos acercarnos al Señor para que el nos conduzca por sus sendas.
El perezoso justifica su negligencia, y la justifica por las circunstancias, sin embargo siempre está presto a pedir lo que no sembró.
Proverbios 20:4
el perezoso no ara a causa del invierno, pedirá pues en la siega, y no hallara. Nosotros mismos a veces nos auto justificamos y nuestros campos se van llenando de espinos y malas yerbas y estamos justificando una situación. El perezoso pide en el tiempo de la siega, pero recordemos que, el que no siembra no cosecha.
Los perezosos tienen dos actitudes frecuentes.
Una es una actitud evasiva. Está profundamente comprometido, al extremo de desarrollar una adicción, pero con cualquier actividad que no sea la que tiene que hacer. Esta es la fotografía de muchas vidas el día de hoy. No podemos
volvernos adictos a nada que nos separe de Dios.
Con estas actividades en perezoso intenta evadir su responsabilidad.
Hebreos 3:10
siempre andan vagando en su corazón, y no han conocido mis caminos.
La segunda es la actitud mártir; ser la víctima y de esa manera justificar mi pereza. Pero en la palabra dice que Dios no puede ser burlado, todo lo que el hombre siega eso cosecha.
Eclesiastés 10:18
Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la casa. Las goteras vienen por un techo en destrucción. Este techo es símbolo de cobertura y protección. El vivir en una casa sin techo nos expone. Cristo es nuestro protector
Corintios 12:14
He aquí, por tercera vez estoy preparado, y nos seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros. Pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos.
Debemos examinar nuestro campo, nuestra familia, nuestras casas; desechar toda pereza, y cortar todos los malos hábitos. Identificar la pereza y renunciar a ella. Tener un campo limpio será nuestro legado para nuestros hijos.