No
tenemos por qué ser derrotados en nada, si estamos en contacto con el
Espíritu Santo, no importa lo terrible que sea la tormenta o la
densidad o la oscuridad de las nubes que deba atravesar.
En medio de crisis o problemas, puede ser que se nos haga difícil
mantener la confianza y esperar en Dios. Pero aún así, el Señor nos
insiste en que pongamos nuestra mirada en Él. En la vida habrá
tormentas, pero tarde o temprano, saldrá el Sol. Dios tiene todo bajo
control.
EN AGRADECIMIENTO A LAS PALABRAS DE AMOR COMPARTIDAS CON UN HERMANO DE LA COMUNIDAD.
EN FORMA ESPECIAL TE SALUDO QUERIDO AMIGO EN LA FE.