ATRAIDA POR LOS UNICORNIOS.
Puede que pienses que son cosas de críos, ilusiones infantiles, cursiladas banales o simplemente una locura, pero te lo comparto con mucho cariño. Quizás la culpa de tan utópica fascinación la tenga mi eterna ensoñación, la imaginación de mi mente o esa pequeña niña que llevo dentro y se niega caprichosa, en algunos aspectos, a hacerse mayor.
¿Quién no tiene admiración por algo inexistente, que no tiene razón de ser y aunque la tuviera es difícil de constatar? Elfos, caballos alados (como Pegaso), hadas, sirenas, dragones, brujas (aunque éstas "haberlas visto" no me cansaré de decirlo) o incluso, personajes de comic...
¿Quién no se siente identificado con algún animal, símbolo, objeto o número? Gatos, cruces, calaveras, flores, mariposas...
En mi caso y desde que tengo razón de existir, son los unicornios. Si el caballo para mí es uno de los animales más bellos y majestuosos que habitan sobre la faz de la Tierra, los unicornios son los caballos más hermosos, majestuosos y divinos que habitan en lo más profundo de mis sueños.
Su leyenda o simbología, os la resumo a continuación con lo poco que yo sé, pero que me llega para admirarlos desde la utopía.
"Los unicornios, estos seres de fábula, simbolizan el cristianismo y eran venerados en la Edad Media hasta el punto de que se decoraban tapices con su imagen. Se decía de ellos, que poseían una vista prodigiosa que eran capaces de mirar directamente hacia el sol sin dañarse los ojos, sin ser deslumbrados, atraídos por el primer rayo solar del alba. Solían morar en los jardines más preciosos, más floridos y encantadores, purificaban las aguas de los ríos sumergiendo en ella su mágico cuerno y jamás bebían ni comían agachando su cabeza, pues se alimentaban de los frutos de los árboles y arbustos, y bebían del agua de rocío que caía de las hojas. Se decía que su cuerno poseía el poder absoluto para detectar y bloquear los venenos más mortíferos, que aumentaba la virilidad a los hombres y la fertilidad a las mujeres... Los unicornios, espiritualmente sensitivos a las almas humanas, eran capaces de devolver a la vida a un muerto. Tímidos, nunca se dejaban ver ni atrapar por nadie, más sólo podían ser seducidos por los encantos angelicales de una mujer virgen, de un alma pura."
Su leyenda, es bonita, más bonita aún que su imagen. Hasta tal punto llegó esta fantasía de la infancia, que hoy en día llevo su silueta tatuada sobre mi piel como un talismán que me protege, que me cuida las espaldas.
En fin, una paranoia, pensareis, yo pienso que hay fantasías que nunca se pasan, que habitan en nuestro interior aunque nos hagamos viejos y quizás, esas fantasías sean las que nos mantienen eternamente jóvenes.