Una triste verdad dicha con amor
Y no temaís a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. (Mat.10:28)
Una iglesia que necesitaba un pastor invitó a varios candidatos a predicar. Un pastor habló del Salmo 9:17: "Los malos seran trasladados al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios". El presidente de la junta de ancianos se mostro contrario a este candidato. Pocas semanas después vino otro predicador y empleó el mismo texto para la predicación. Esta vez el hombre dijo: "es bueno" Llamémosle.
Los otros ancianos se miraron sorprendidos, y uno de ellos le pregunto: "¿Como es que le gusta?" Empleo el mismo texto que el otro pastor. Es verdad, contesto el presidente, pero cuando el segundo hombre enfatizó que los perdidos serán trasladados al Seol, lo dijo con lagrimás en sus ojos y preocupación en su voz. El primer predicador casi parecía gozarse con ello.
Cuando Jesús advirtió de la terrible realidad del infierno, Sus palabras tienen que haber sonado terribles. Pero estaban motivadas por un profundo amor hacia los perdidos. En la Biblia dice Dios: "Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿porque moriréis, oh casa de Israel?". (Eze.33:11). Dice así la Palabra del señor:"El cual quiere que todos hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad". (1Tim.2:4). Así, cada vez que Jesús se refirió al infierno, Sus oyentes tienen que haberse dado cuenta de su preocupación.
REFLEXIONA: ¿Sientes una carga por los perdidos, o has perdido tu carga?.
Fondo Myriam_Lhamya
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