Así es. De eso habla el texto de la Palabra de Dios, que
tratamos. Son muchas las personas que se acercan al evangelio. Y permanecen un
tiempo escuchando mensajes, o leyendo la Biblia. El problema se les presenta cuando
tienen una descripción suficiente de su estado espiritual, debido a que la Palabra de
Dios, siempre insta al hombre al arrepentimiento de sus pecados, luego de
señalárselos. Cuando vemos en el espejo de la Biblia nuestro estado pecaminoso
tenemos dos caminos: 1) Seguimos con nuestra vida, y nos olvidamos de nuestro
"estado de pecado y condenación".2) Nos arrepentimos de nuestros pecados, y
ponemos la fe en Cristo como nuestro salvador. Son miles los que cada día pasan por el
"espejo del alma" la Biblia, y siguen su camino. Aunque ven reflejado su estado de
muerte espiritual, y que les espera un castigo eterno, no obstante, se alejan
distrayéndose con cualquier cosa de este mundo, para olvidarse al fin, del problema. Es
como quien se aleja de un espejo para no ver más su rostro... pero no por ello cambia
de apariencia. La Biblia nos relata en Génesis 1:26, que Dios creó al hombre de acuerdo
a su imagen y semejanza. Se entiende que como Dios es espíritu (Juan 4:24) la
semejanza del hombre fue también en su espíritu. El hombre cuando desobedeció a
Dios y pecó, perdió esa "semejanza" pura y perfecta que Dios le había dado, quedando
su espíritu, alma y cuerpo, afectados por el pecado. Desde entonces su espíritu está en
tinieblas, su alma en desorden y su cuerpo condenado a la muerte. El autoengaño del
hombre consiste en OLVIDARSE como es realmente delante de Dios.