Fidelidad
"“Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y solo yo he quedado y procuran matarme...”,...“Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla delante de Baal”. Romanos 11:3-4 "
Una de las tendencias mas marcadas en el ser humano es, cuando otra persona piensa diferente de lo que nosotros pensamos, nos molesta y tratamos de separar a esa persona del proyecto que estamos tratando y aún de nosotros mismos. Cuando la diferencia se trata de asuntos religiosos el tema es mucho mas serio y puede llegar a las guerras, como ha acontecido en el pasado y continúa pasando.
El apóstol Pablo está dando una semblanza de aquel que quiere ser fiel a Dios, a pesar de las opiniones de los demás. El verso comienza relatando el pasaje de I Reyes 19:10. Lo trágico de todo esto, es que, es el propio pueblo de Dios, a quien El había sacado de la esclavitud de Egipto, el que se había desviado. Aquellos que se habían casado con mujeres egipcias y hombres egipcios, tomaron las costumbres de los pueblos paganos, durante su permanencia en Egipto. El relajamiento moral en que vive el mundo de nuestros días, también tiene que ver con una postura cómoda, flexible sin límites y adaptable a la cultura o a las sociedades donde vivimos, sin medir las consecuencias, en nuestras propia vida o en la vida de nuestros hijos.
Aceptamos lo que venga a favor de una convivencia pacífica, que nadie nos moleste, con tal de que nos dejen tranquilos. Pensamos que no hay que ir contra la corriente, porque podemos tener problemas con los demás, nos vamos a ganar enemigos. Cuando pensamos así, dejamos de ser cristianos auténticos, para ser tranquilos y cómodos pasajeros de este mundo que nos lleva a la destrucción. ¡Solo yo he quedado!, dice el profeta. Sí, la soledad y el aislamiento es para el que quiere ser fiel a las convicciones que Dios ha puesto en nosotros. Transigir con la injusticia, con la mentira, con la corrupción, con la impunidad, con la desvergüenza moral es pecar contra Dios, contra El que nos sacó de la esclavitud, nos dio una nueva vida y una Esperanza Gloriosa. Dios te dice: “si te sentís solo, no te preocupes tengo muchos más, que no se han arrodillado ante los dioses y las costumbres de este mundo”.
¡Señor ayúdame para serte fiel hasta el final!