¿Qué habría pasado si hubieses tocado el rostro de algún ciego a quien Jesús había sanado, y la frente de alguna jovencita a la que Jesús había resucitado? ¿Te hubieras llenado de una fe inconmovible? ¿Habrían de repente parecido triviales tus preguntas, o incluso tontas ahora que habías visto, ahora que sabías lo que era verdad? Probablemente no.
Sino, pregúntale a Pedro.
Pedro dudó. Se pregunto si Jesús era todo lo que hacia falta para manejar su propia confusión, tal vez incluso si el concepto de Dios era cierto. Y esto fue después que… después que había visto y tocado.
Pedro estaba con los discípulos en una pequeña barca de pesca que estaba luchando grandemente y protestaba contra el ataque de las olas. Luchando grandemente y protestaba contra el ataque de las olas. Luchando grandemente y protestaba contra el ataque de las olas. Luchando para salvarse, vieron a una figura solitaria caminando –sí, caminando –a través de las olas hacia ellos.
A medida que la figura se acercaba, Jesús habló. Pero ellos no estaban seguros. ¿Era realmente Jesús? ¿Cómo podía ser? Pedro hizo una petición absurda: “Señor, si eres tú, mándame a que vaya a ti sobre las aguas” “Ven” dijo la figura que estaba de pie sobre el agua, en medio de la tormenta. Y Pedro lo hizo. Se encaramó por encima del borde de la barca y dio unos cuantos pasos, sobre el agua. Pedro caminó sobre el agua.
Lo que ocurrió a continuación es confuso.
Pedro ve la violencia de las olas, duda. Comienza a hundirse. Jesús lo jala hacia arriba, y luego que está a salvo a bordo, Jesús le hace la misma pregunta a la que quiero que me respondan “¿Por qué dudaste?”. Si, Pedro ¿Por qué? ¿Cómo pudiste dudar, tú, de entre todas las personas?
Tal vez la fe y la duda sean algo más profundo que la prueba o incluso que la experiencia personal.
Tal vez la fe se reduzca a un simple elemento: la confianza. Pedro dudó de Aquel que estaba frente a él. ¿Y nosotros?
Conclusión: La confianza edifica la fe.
Reflexiona:
1. ¿Cuáles son algunas maneras obvias en las que Dios se me ha manifestado?
2. ¿Cuáles son las situaciones evidentes en las que he dudado de Él?
3. ¿Cómo puedo alimentar la confianza en Dios en mi vida?