II DOMINGO DE ADVIENTO
(Baruc:5,1-9;Filipenses: 1,4-6;Lc.3,1-6)
“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” Salm. 125
El Domingo pasado nos animábamos a poner manos a la obra para que naciera algo nuevo en nosotros y por extensión entre nosotros. Y hasta nos disponíamos a hacer una reunión familiar donde se planteara la pregunta: ¿Què es para ti la Navidad?
Hoy,“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino al Señor, enderezad sus senderos…..”
La invitación no viene de los poderosos ni de sus cortes – esos no invitan - sino de un personaje muy particular Juan, apellidado el Bautista, que ha instalado su altavoz a las riberas del río Jordán, en el desierto de Judea y no muy lejos del asentamiento de los esenios. Juan es un hombre un tanto curioso por su indumentaria, muy lejos de los bien-vestidos y capisayos del templo y más lejos aún por el mensaje que proclama. El viene a recordar al pueblo lo que ya hacía muchos años le había dicho Isaías el profeta: “Preparad el camino del señor; enderezad sus senderos. Que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane y así todos verán la Salvación de Dios”.
Querid@ amig@, La historia de la Salvación está insertada en la Ha. Universal pero a su vez señala un objetivo propio y no previsto hasta entonces, tampoco busca ni el poder de los palacios del emperador ni siquiera la autoridad del virrey Herodes. La voz de Juan el Bautista restalla en medio del desierto muy lejos de los palacios y ajetreo de la ciudad, invitando a la conversión, a salir de la rutina y a ponerse a tono con los tiempos porque ya se acerca “Aquel” que había de venir para satisfacer La ESPERANZA de los que aún pueden esperar en algo más serio que en el mero vivir para acopiar placer y dinero, poder o títulos.
Claro que la invitación de Juan crea enseguida amigos que se bautizan en señal de conversión y enemigos que odian hasta el eco de sus palabras porque , dicen , que nunca y de nada tienen que convertirse los que ostentan la jefatura y la autoridad. ¡ Hasta ahí podíamos llegar! ¿será verdad?.......
También nuestra autosuficiencia, creyente amigo, nuestra prepotencia y orgullo son escarpadas montañas, que dañan nuestro convivir diario, y que hay que suavizar. En este tiempo de Adviento no estará mal hacer un alto en el camino , mirar para atrás y ver si no será conveniente y razonable emprender una nueva andadura que dé sentido pleno al viaje de la vida.
La Navidad la haces reunión familiar y te felicito pero…. ¿ te has olvidado que también eres cristiano? Por favor, no te quedes sólo en la reunión familiar. Intenta dar un paso hacia lo que te acredita como cristiano y siembra ahí valores y sin oropel: PREPARA LA SENDA PARA QUE LOS TUYOS TAMBIÉN PUEDAN VER LA SALVACIÓN DE DIOS.
ES LA 2ª SEMANA DE ADVIENTO