La Gracia Común de Dios
Dios no nos debe nada, aun él ha derramado su bendición en cada hombre y mujer.
“Tu no eres un creyente en Cristo y todavía estas fuera del infierno,’ escribe Donald Barnhouse. “Esta es la gracia común de Dios. Tu no estas en el infierno, pero sí estas en la tierra en buena salud y en prosperidad. Esta es la gracia común de Dios. La mayoría de aquellos quienes leen estas palabras están viviendo en hogares o apartamentos cómodos. Esta es gracia común. Tu no anda en las calles buscando refugio de una ciudad desolada por la guerra. Esta es una gracia común. Tu llegas a casa del trabajo y tus hijos corren a encontrarte y los encuentras sanos. Esta es gracia común. Tú puedes meter tus manos en la cartera y darle a tu hijo un cincuenta como una pensión. Esto es gracia común de que tienes mucha abundancia. Entras a tu casa y te sientas a comer una buena comida. Esta es gracia común. En el día que tú leas estas palabras hay mas de un billón y medio de miembros de la raza humana que irán al ganadero sin suficiente para satisfacer su hambre. El hecho de que tengas suficiente es gracia común. Tu no lo mereces. Y si piensas que no mereces nada de Dios mas allá de la ira la cual ricamente te has ganado, tu meramente muestras la ignorancia de los principios espirituales.”
La respuesta de muchas personas a la gracia común de Dios es “menosprecio a las riquezas de su bondad, paciencia” (Romanos 2:4).
“El despreciar las riquezas de la gracia de Dios es lo mas negro de todos los pecados,” dijo Barnhouse. “El hombre que enflaquece tiene una naturaleza enflaquecida.
El propósito de la gracia común de Dios es motivarnos a venir a él para recibir gracia mayor.
Si, en rencor de nuestra perversión pecaminosa, Dios es bueno con nosotros. Él nos alcanza en su amor y gracia para salvarnos. Él quiere que nosotros nos arrepintamos y aceptemos su bondad y la riqueza de su gracia salvadora.
La cosa más insólita que ha sucedido se encuentra en Romanos 5:6-8. “Porque aún siendo nosotros débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. Difícilmente muere alguno por un justo. Con todo, podría ser que alguno osara morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:6-8).
Esto fue cuando nosotros “todavía éramos débiles,” que Dios hizo todo para salvarnos a nosotros los pecadores. Dios envió a su único Hijo a morir en nuestro lugar en la cruz.
Dios no nos debe nada. Nosotros merecemos ir al infierno. Él no nos debe una oportunidad para ser salvo. La única cosa que merecemos es juicio porque nosotros hemos desobedecido a Dios.
La Biblia dice, “El alma que pecare esta seguramente morirá.” “Por cuanto todos hemos pecados y estamos destituidos de la gloria de Dios.” “La paga del pecado es muerte.”
Nosotros necesitamos mas que la gracia común para salvarnos. Nosotros necesitamos su gracia salvadora especial. “Dios manda su amor hacia nosotros en que aun siendo pecadores Cristo murió por nosotros.” Nosotros necesitamos su gracia especial para que nos impulse y nos levante de nuestros pecados y nos pueda salvar.
La muerte de Cristo muestra el amor impenetrable de Dios por ti. Esto manda a que nosotros mismos aceptemos a Jesucristo como nuestro Salvador personal. Es el llamado para cada pecador para que se rediman de los pecados y pongan su fe en Jesucristo y sean salvos.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Dios te ama y quiere que tu respondas a su amor hoy. ¿Puedes creer en él y recibir su regalo gratuito de la vida eterna? Nosotros le amamos porque él nos amó primero.
Todos reciben la gracia común de Dios, pero ¿haz respondido tú a su gracia salvadora especial? “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No es por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
Jesucristo es nuestra única esperanza. Solo Jesucristo pudo ofrecer un sacrificio por nuestros pecados y pagar la pena por completo.
En su vida y muerte Cristo hizo todo lo que Dios requirió de nosotros. Esto es cuanto el te ama y desea que vengas a él y recibas vida eterna. Si tu nunca lo haz hecho entonces por favor responde a su gracia salvadora hoy.
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